Angustiada porque a su vástago no le están dando de comer al interior de la Cárcel Regional de Guayaquil (km 16 de la vía a Daule), afirma estar doña Gloria López, madre de un privado de la libertad que, según ella, cumple una condena de 13 años de prisión por el robo de un teléfono celular.

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Además, asegura que no ha podido ingresar a visitarlo desde hace tres meses y por eso desconoce su actual estado de salud y nutricional.

“Le pido al Gobierno que tenga corazón, que no mate de hambre a los presos. No todos los que están adentro son asesinos o violadores. Si no les quieren dar de comer, dejen que las familias les pasen comida, pero no los dejen sin alimentos”, reclamó la sexagenaria mujer.

Gloria explicó que desde el 1 de junio los privados de libertad no reciben las tres colaciones diarias, sino solamente una. Y que lo poco que les dan para comer llega a través de donaciones de empresas, que gestionan el ingreso de los alimentos con el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores (SNAI), ente encargado de la administración y resguardo de todas las cárceles del país.

Esto fue confirmado por un funcionario del SNAI al interior de la Penitenciaría del Litoral, quien no se identificó pero aseguró ser la persona encargada de la distribución de los alimentos en este penal, otra de las cárceles del cantón.

El empleado dijo que la orden que prohíbe que las familias ingresen alimentos viene de instancias superiores dentro del SNAI.

También aseguró que si bien han tenido problemas con la alimentación por la falta de un proveedor, no han dejado de gestionar los alimentos y que hasta la tarde del viernes 7 de junio no les había faltado una sola comida a las personas privadas de la libertad (PPL).

Esta aseveración se contradice con lo expresado por los familiares de los presos en los exteriores de la cárcel, algunos de los cuales esperaban con fundas llenas de víveres en busca de una forma de hacerles llegar a sus parientes algo de alimento.

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Diario EXTRA consultó al SNAI acerca del problema de la alimentación en estos centros carcelarios. La respuesta de la institución fue que “el servicio de alimentación se está garantizando gracias a coordinaciones con la Gobernación de Guayas”.

El comunicado añadió que actualmente están preparando el respectivo procedimiento de contratación para definir al nuevo proveedor del servicio de alimentación, pero aclaró que “esto no significa que no exista la entrega de alimentos a las personas privadas de libertad”.

Esta fue la misma respuesta que ofreció el 31 de mayo, cuando se hizo público el caso de un reo de la Cárcel Regional de Latacunga (provincia de Cotopaxi) que supuestamente falleció a causa de desnutrición crónica. Esta información no fue desmentida ni confirmada por el SNAI, pese a la insistencia de los medios de comunicación.

Las quejas por la falta de alimentación a las PPL en las cárceles del país empezaron la segunda quincena de abril, debido a la falta de pagos a la empresa proveedora de comida, que dejó de suministrarla por esta causa.

Esto provocó que el 23 de abril los familiares de las PPL de la Regional de Cotopaxi realizaran un plantón para exigir ‘jama’ para los internos. El tema sigue sin solución.

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