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Desde lo alto, grupos delictivos vigilarían quiénes entran o salen de la zona, considerada uno de los puntos ‘calientes’ de la parroquia.Angelo Chamba

Carapungo está en el abandono e inseguridad

Moradores de este sector del norte de Quito, reclaman por atención.

Carapungo cuenta con más de 40 mil habitantes y es un sector que hace parte de la parroquia rural Calderón, del norte de Quito. Al visitar este lugar, una de las primeras impresiones que deja es que se trata de una zona muy comercial, pues a lo largo de las calles principales se observan negocios formales y también comerciantes informales.

Hay tiendas de ropa y de electrodomésticos, instituciones financieras, escuelas, restaurantes, de todo... También se ven buses de transporte público, parques y unidades policiales. Sin embargo, sus pobladores viven inconformes, porque algunos sostienen sentirse “abandonados” y explican por qué.

“Necesitamos más atención de la Policía”, manifiesta Jefferson, un residente que hace pocas semanas fue víctima de la delincuencia. El lugareño recuerda que llegaba en su vehículo cuando fue interceptado por sujetos que se movilizaban en un automóvil, a quienes en días anteriores ya había visto merodear por la zona, pero no sospechó que fueran asaltantes.

El perjudicado explica que los individuos se le acercaron y lo amedrentaron para que entregara sus pertenencias. Este hecho se registró en horas de la madrugada, cuando se preparaba para salir a trabajar. Por eso, señala que en horas de la noche y cuando hay pocas personas en la vía pública evita circular, por temor a que se repita la historia.

Alejandro ya no sale a realizar ejercicios cuando la zona está oscura. Espera la claridad.Angelo Chamba

En una situación similar se encuentra Alejandro, un joven deportista que tenía como rutina salir a trotar cada amanecer por las calles y parques del sector. Sin embargo, hace dos semanas lo sorprendieron en el camino dos delincuentes que con cuchillo en mano lo amenazaron para que les entregara su teléfono celular.

“Yo lo usaba para escuchar música, pero ahora ya no salgo con nada de valor, solo con agüita, y espero a que aclare el día, a eso de las 07:00, para recién salir. O si no, agarro mi bicicleta y me voy a un lugar más seguro para hacer ejercicios”, cuenta mientras hace estiramientos en un área verde.

La mayoría de los lugares de esparcimiento han sido marcados como territorio de los grupos delictivos, con grafitis que los identifican. Esto se ha vuelto parte del panorama y a ciertos residentes ya no les llama la atención.

Algo que también se ha vuelto parte del ‘paisaje’ es una pequeña unidad de policía que está en el ingreso de un parque lineal. Su ventana ha sido destruida, al parecer, a pedradas y en el interior solo se observan los vidrios rotos en el piso, un escritorio, tres sillas, un tacho, entre otros objetos.

Guaridas

Una pequeña unidad policial ha sufrido ataques de parte de delincuentes.Angelo Chamba

Empezando por los delincuentes comunes, entre los que también hay consumidores de drogas, se ha hecho evidente para los moradores que los parques sin mantenimiento son su mejor guarida, porque estos aprovechan la vegetación para esconderse y esperar a que alguien pase para atracarlo.

Esto lo reitera Irene Morales, quien suma a este problema la falta de luminarias en algunos sectores. Eso, según ella, hace pensar a los delincuentes que ciertos lugares están “botados”. Por eso, para evitar el incremento de los robos, algunos moradores se organizan para por su cuenta llevar a cabo los mantenimientos de los parques.

Morales añade que en la etapa E se asienta la casa comunal de Carapungo y que parte de esta ha sido cedida a los agentes para que la utilicen como Unidad de Policía Comunitaria (UPC), a la que los lugareños también contribuyen con algunos servicios básicos, como internet.

Lo hacen porque en el sitio necesitan más seguridad, pues en el resto de las instalaciones brindan servicios sociales a adultos mayores, algo que también los habitantes hacen por su cuenta, con el apoyo del gobierno parroquial.

Según Morales, hasta hace poco más de un año, el Municipio capitalino contribuía con el mantenimiento de los parques tres veces al año y enviaba a especialistas para las actividades sociales.

En parques y paredes del sector se observan textos escritos por delincuentes.Angelo Chamba

Otro lugareño, bajo reserva de su identidad, comenta que en la zona es evidente que existe una disputa entre grupos criminales para el tráfico de sustancias estupefacientes, por diferentes hechos violentos que se han suscitado en el sector y sus alrededores, como balaceras y asesinatos, que habrían sido al menos cinco en los últimos tres meses, según el lugareño.

En los archivos de EXTRA, los últimos casos reportados fueron las muertes a tiros de Jackson Godoy el 11 de enero, la de José Jiménez el 7 de enero y de Francisco Andrango el 14 de diciembre; mientras que el 23 de noviembre fue asesinado a cuchilladas un joven cuya identidad no había sido determinada.

Las ‘bondades’

Desde lo alto, grupos delictivos vigilarían quiénes entran o salen de la zona, considerada uno de los puntos ‘calientes’ de la parroquia.Angelo Chamba

¿Qué ofrece este sector al crimen organizado? En un recorrido realizado por un equipo de EXTRA se constató que Carapungo tiene conexiones con dos importantes vías, no solo de la capital sino del país, pues a través de esta circula la mayoría de vehículos que provienen de Colombia e ingresan a la Carita de Dios: la Panamericana Norte y la avenida Simón Bolívar.

También, al ubicarse en cerros y sus laderas y tener una extensa quebrada que impide que el ingreso sea por otros sitios, desde las partes más altas es fácil mantener el control de quién entra o quién sale.

Esto lo confirma César Peña Morán, fiscal especializado, quien argumenta que “los delincuentes siempre buscan vías de fuga y, así mismo, sectores donde puedan establecerse y visualizar cuándo llega la policía, el ejército o algún tipo de operativo. Siempre van a estar ellos pendientes”.

El funcionario hace un llamado de atención para que se busque desarticular las bandas que operan en el sitio o que buscan asentarse, porque recuerda que así empezaron los problemas en el cerro Las Cabras del cantón Durán, en Guayas, hasta llegar a ser uno de los sectores más peligrosos del país, con crímenes aterradores, como los de personas desmembradas en sus faldas.

Punto crítico

Formales e informales: en el sector hay gran movimiento de comerciantes.Angelo Chamba

Paúl Saavedra, subjefe policial de Calderón, de donde forma parte Carapungo, reafirma que el sector es considerado uno de los puntos críticos del distrito, junto a los circuitos San Juan y Bicentenario.

Además, corrobora que en lo que va del año se han registrado cuatro hechos de violencia criminal, por disputas de territorio para el tráfico de sustancias estupefacientes.

El oficial añade que se realizan estudios para determinar qué grupos buscan establecerse en la zona, porque hay delincuentes que se toman los nombres de algunas bandas del país, aunque no descarta que una de esas organizaciones ya se encuentre operando.

"Necesitamos que poden los árboles"

En el sector hay árboles que necesitan ser podados, evidencian los moradores.Angelo Chamba

Otro problema de Carapungo es que por la falta de mantenimiento a las áreas verdes, hay árboles cuyas ramas han crecido de tal forma que están a punto de llegar a las ventanas y techos de las viviendas.

Irene Morales, quien acompañó a EXTRA en parte del recorrido, mostró la evidencia y enfatizó: “Necesitamos que poden los árboles, nosotros no podemos hacerlo porque se necesitan herramientas especiales y vehículos que puedan llegar hasta lo alto. Aquí hay un abandono”.

En la caminata también se pudo notar que algunos vecinos (muy pocos) han tomado las áreas verdes de los exteriores de sus casas como parte de su propiedad. Y han levantado cerramientos con palos, cañas y alambres de púa. Los lugareños piden que se ejecuten inspecciones en la zona para evitar que otros residentes repliquen esta práctica.