El ser humano es de naturaleza social, pero ahora también es digital y se expresa a través de sus redes virtuales.

Sin embargo, hay ocasiones en las cuales ciertas opiniones, chistes de mal gusto o posiciones ideológicas pueden viralizarse y la ‘pipol’ no solo deja de seguir la cuenta, sino que la reporta y quiere que la cierren porque considera que el contenido es censurable o repudiable.

A eso se le denomina cultura de la cancelación, un fenómeno digital que apareció cuando las redes sociales empezaron a popularizarse.

“Es rechazar la postura de una persona, quitarle el apoyo social, prestigio y credibilidad por lo que ha dicho o hecho”, explica la psicóloga clínica Eliana Rodríguez.

Por lo general suele pasarle a personajes famosos como: influencers, actores, comunicadores, políticos, deportistas, entre otros, dice el sociólogo Juan Salazar.

“No responde a un tema específico, puede tratarse de contenido racista, homofóbico, machista, misógino, etcétera”, explica.

Este catedrático considera que las mujeres son más prudentes. “Ellas cuidan la forma, lenguaje e imagen”, indica.

Las cuentas de farándula suelen ‘alborotar el avispero’. “En ellas hacen que la gente comente. Tal persona dijo esto, ¿qué opinas, la apoyas o no? Promueven esta cultura”, opina Rodríguez.

Efectos en el ‘cancelado’

El dueño de la cuenta puede sentir frustración, decepción, incluso llegar a tener un cuadro depresivo, pues el apoyo social es importante. También puede experimentar enojo, tristeza, incluso podrían tener pensamientos o acciones suicidas, pues algunos viven de las redes sociales y cancelárselas le representa quedarse sin trabajo o reducirle oportunidades laborales, agrega la psicóloga.

¿Libertad de expresión o validacíón?

La psicóloga Eliana Rodríguez considera que no está mal apoyar la cultura de cancelación, aunque algunos casos deben ser analizados.

“Muchos dicen que esto no favorece a la libertad de expresión, es verdad, pero las figuras públicas deberían tener cuidado con lo que dicen, analizar sus palabras. Por ejemplo, cero contenido machista, no queremos que esto continúe, porque si lo dice una persona famosa es reforzarlo, validarlo públicamente, cuando lo que se necesita en la sociedad es todo lo contrario”, concluye Rodríguez.

La especialista expresa que una cosa es atacar una ideología y otra, muy distinta, a la persona que emitió el comentario.

EXTRATIPS

1. Para apoyar esta cultura, conoce el tema, no sigas la corriente. Empápate del tema para tomar una decisión, apoyar la cancelación, difundirla o no apoyarla. La sociedad debe criticar con fundamentos reales, no con supuestos. Somos muy inmediatos, se ve, juzga y castiga. Debería ser: ver, investigar, analizar, dirimir, sancionar.

2. Si el que la ‘embarró’ se dio cuenta, que pida disculpas públicas. Si fue un malentendido y se ha dado cuenta de las reacciones que ha generado, ofrezca públicamente una aclaración y discúlpese.

3. No es correcto atacar a la gente por mis prejuicios. Que los usuarios digitales puedan medir cuándo es una opinión y cuándo un prejuicio; cuándo lo debo decir y cómo debo hacerlo; vale la pena que lo diga, que haya conciencia. No son necesarias las humillaciones verbales para expresar comentario, opinión o posición.

4. Fundamental, tener y desarrollar la inteligencia social. ¿En qué consiste? En medirse y entender que los demás tienen sentimientos. Es saber cuándo es oportuno hablar o callar. En las escuelas y casas debe ser un tema de conversación  y de enseñanza.