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Los moradores muestran el sitio donde enterraron a Lucas luego de dormirlo.René Fraga

Barrio San Elías, indignado por el ataque a un perrito

Un hombre habría macheteado a una mascota querida del sector porque se comió una gallina. Los moradores temen ser agredidos por el sospechoso.

Cada vez que Lucas caminaba por el barrio San Elías, en el norte de Quito, los vecinos lo saludaban afectuosamente. Y ese perrito mestizo, que acompañaba a muchos hasta la parada del bus, fue atacado a machetazos.

La mañana del sábado, los moradores encontraron a la mascota a unos cuantos metros de la casa en la que lo tenían, en las calles El Placer y Carlos Mantilla. Se desangraba y casi no podía mover su hocico por los cortes que le hicieron.

¡No podían creer que alguien fuera capaz de dañarlo de esa forma!

“Aquí lloramos todos de verlo así, ni siquiera era un perro agresivo. Hasta en esos momentos nos miraba con cariño”, dijo Jerardina Lazo, una de las vecinas.

Llamaron a un veterinario, pero nada pudieron hacer por el can, pues varios nervios de su cabeza estaban comprometidos. Recibió tres machetazos, por lo que incluso tenía partido el cráneo, contaron.

Algunos se acercaron a la casa del sospechoso acompañados de una activista animalista.René Fraga

Las versiones

Digna Quilca, presidenta del barrio, comentó que se acercó al sospechoso de la agresión a Lucas. El hombre, de unos 50 años y que apareció en la vivienda hace poco más de una semana, le dijo que fueron unos sujetos que entraron a robar. “Una moladora supuestamente se le llevaron”, agregó.

Quilca enseguida quiso llamar a la Policía para poner la denuncia del robo. 

“Ahí fue cuando se echó para atrás y me dijo que le hizo eso porque se había comido una gallina”.Digna Quilca, presidenta del barrio

Eso indignó a los moradores, pues nunca habían visto un acto tan violento. “No conocemos al señor, aparentemente recién arrendó la casa”, comentó Digna.

Ayer, en compañía de Betty Sarango, una activista por los derechos de los animales, se acercaron a la vivienda para conversar con el implicado, pero nadie respondió.

Sarango ofreció darles asesoría para seguir con la denuncia. “No es la primera vez que vemos un caso así, por eso decidí hacerlo público”.

Mientras los comuneros dijeron que no permitirán que algo así pase nuevamente, pues temen que el sospechoso pueda agredir a los niños o las mascotas que hay en el barrio.

“No podemos tener un vecino así, se ve que no respeta la vida”, espetó Jerardina.

Un homenaje

Nadie sabe qué edad tenía Lucas, solo lo han visto desde hace unos cuatro años con los dueños anteriores de la casa. “Nadie se hizo cargo y se quedó solo”, comentó.

Luego del crimen decidieron organizarse para pintar un mural, como un homenaje. Rosalino Toapanta lo recuerda como un perro amigable y cariñoso. “Le decía que no me siga porque lo van a atropellar y no me hacía caso”, relató.

Cuando el veterinario sugirió dormir al can porque no había nada más que hacer, los vecinos lo enterraron en un terreno baldío de la calle El Placer. “También lo hicimos para que encuentren el cuerpo, debe ser una prueba del crimen”, agregó Jerardina.

En investigación

​La Agencia Metropolitana de Control (AMC) informó en su cuenta de Twitter que hizo el seguimiento del caso. “La AMC realizará las acciones pertinentes dentro del marco de sus competencias para que no quede en la impunidad”, publicó la entidad.
Sin embargo, los vecinos dijeron no haber recibido la visita de la autoridad. Hasta el cierre de esta edición este Diario no recibió una actualización sobre las acciones emprendidas.