La audiencia de juicio contra el denominado zar de las drogas se instaló el jueves 22 de agosto de 2024, pero fue suspendida y se reinstalará el miércoles 28 de agosto, a las 08:50, según lo establecido por la Unidad Judicial Multicompetente Penal, del cantón El Empalme, en la provincia del Guayas.

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Borys Alexi Párraga Figueroa, alias Boris, es investigado por tenencia y porte de arma, delito sancionado con prisión de tres a cinco años, de acuerdo al inciso 2 del artículo 360 del Código Orgánico Integral Penal (COIP).

Junto a él también fueron procesados los policías en servicio activo Jordy Josué Avilés Ballin y Kody Sayd García Vivanco. Ellos portaban sus armas de dotación y hacían parte de los invitados a la fiesta del cumpleaños 29 de alias Boris, que se desarrollaba en una lujosa casa del sector La Chiquita, en las afueras de El Empalme, Guayas.

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Tras la operación, ejecutada la madrugada del 12 de junio de 2024, esta celebración fue señalada por las autoridades como una narcofiesta, sobre todo por el calificativo que se le dio a alias Boris: zar de las drogas.

Tras la instalación de la audiencia de juicio, luego de la exposición de la Fiscalía, empezaron los interrogatorios y contrainterrogatorios a los testigos. Primero pasaron los del Ministerio Público, entre ellos dos oficiales, uno de la Policía Nacional y otro de las Fuerzas Armadas, quienes participaron en el operativo.

A ellos, la defensa de Boris empezó a cuestionar acerca de cómo hallaron al procesado: si estaba seco o mojado. Sin embargo, además de las objeciones del agente fiscal, los interpelados respondieron que el procedimiento transcurrió con toda normalidad.

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Sin embargo, por las preguntas del representante legal de Boris, ya se adelantaba algo de lo que se vendría, aunque hasta ese momento no quedaba claro por qué era necesario conocer si el sospechoso estaba con la ropa húmeda o no.

La teoría de la defensa de alias Boris quedó esclarecida cuando pasaron sus testigos. Inicialmente, para desvirtuar las acusaciones en contra del zar de las drogas, aseguraron que el arma presuntamente hallada al individuo le fue implantada por uniformados.

Luego, otras personas, en sus testimonios describieron escenas de una supuesta tortura contra alias Boris. Afirmaron que fue metido en la piscina de la casa, para ahogarlo, e incluso declararon que era revivido con corriente eléctrica.

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Además, hubo testigos que dijeron que, a ellos, también les colocaron descargas. Uno, incluso, aseveró que ‘voló’ tres metros a causa de esto. En el contrainterrogatorio de la Fiscalía, respondió que pese a lo sucedido, no sufrió algún tipo de lesión o fractura.

Todas estas declaraciones tendrán que ser analizadas, cuando concluya el juicio, por el juez de la causa, quien antes de cada declaración advirtió que, de no decir la verdad, pueden existir sanciones por el delito de perjurio.

Mientras los testigos de alias Boris hablaron de una supuesta implantación de un arma y de presunta tortura, los oficiales que hablaron no dijeron eso, sino que todo transcurrió con normalidad durante el operativo. Al final del juicio se conocerá quién no dice la verdad y se podrían establecer posibles sanciones, pues es lo que ha advertido el juez.

El artículo 270 del Código Orgánico Integral Penal (COIP) señala que “la persona que, al declarar, confesar, informar o traducir ante o a autoridad competente, falte a la verdad bajo juramento, cometa perjurio, será sancionada con pena privativa de libertad de tres a cinco años; cuando lo hace sin juramento, comenta falso testimonio, será sancionada con pena privativa de libertad de uno a tres años”. 

Además se agrega que, “si el falso testimonio se comete en causa penal, será sancionada con pena privativa de libertad de cinco a siete años”.

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