Al visitar a su abuelita, Cristofer Ariel De la Cruz Cochea, de 24 años, ‘pagó piso’. Él fue asesinado la noche del lunes 10 de junio de 2024, en el barrio Paraíso, en la parroquia José Luis Tamayo (Muey), del cantón Salinas, en la provincia de Santa Elena.

El joven, según información policial, era investigado desde el 19 de mayo por los delitos de asociación ilícita, tenencia ilegal de armas y posesión de explosivos. Él estuvo detenido, pero en el proceso judicial se le dictaron medidas sustitutivas y debía presentarse una vez por semana ante un juez.

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El capitán Víctor Samaniego, jefe del distrito de Policía La Libertad - Salinas, encargado de la investigación, también explicó que, en registros policiales, De la Cruz consta en otros dos procesos judiciales: uno en 2018 y otro en 2019, por tráfico ilícito de sustancias sujetas a fiscalización. Por este último caso, estuvo detenido por 30 meses.

Debido a estos antecedentes, los investigadores presumen que su muerte estaría relacionada con una retaliación entre sujetos que se disputan el territorio de venta de drogas.

Mientras lo investigaban, para no involucrar a la familia De la Cruz habría dejado de acudir a la casa de sus parientes en la parroquia Muey. Por ello, la noche del lunes 10 de junio, cuando llegó donde su abuela causó gran algarabía. Varios familiares salieron a recibirlo.

Él estaba sentado en una silla, en la parte de afuera de la vivienda. Le habían servido una merienda y, cuando conversaba con sus allegados, se le acercó un sujeto y le disparó en la cabeza. Al parecer, lo habrían seguido.

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