Renovar el pasaporte es un trámite esencial para quienes residen en Estados Unidos y desean viajar al extranjero. Sin embargo, no siempre es posible hacer este proceso de forma directa, especialmente si ha pasado demasiado tiempo desde la emisión original del documento. Conocer los requisitos actuales es fundamental para evitar rechazos, demoras y, en casos más extremos, la necesidad de iniciar una solicitud desde cero.

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Según el Departamento de Estado, existe una regla clara: si el pasaporte fue emitido hace más de 15 años, no podrá renovarse. Quienes superen este límite de tiempo deberán tramitar un nuevo pasaporte como si se tratara de su primer documento. Esta disposición busca mantener actualizados los datos de los ciudadanos y garantizar la seguridad en los viajes internacionales.

Por el contrario, los pasaportes emitidos dentro de los últimos 15 años sí son elegibles para renovación directa, siempre que cumplan con otros requisitos establecidos. También es importante recordar que un pasaporte dañado, alterado o mutilado pierde automáticamente la posibilidad de ser renovado, sin importar cuándo fue expedido.

¿Qué otros factores impiden renovar el pasaporte?

El paso del tiempo no es el único impedimento para renovar un pasaporte en Estados Unidos. Otros factores que también pueden obligar a solicitar un nuevo documento son:

• El pasaporte fue emitido antes de que la persona cumpliera 16 años
• Se ha producido un cambio de nombre que no puede comprobarse con documentos legales como una sentencia judicial o un acta de matrimonio
• El pasaporte presenta daños físicos, alteraciones o mutilaciones

En todos estos casos, aunque el pasaporte aún esté vigente o dentro del plazo de 15 años, se debe iniciar el trámite de solicitud de uno nuevo mediante el formulario DS-11.

¿Qué pasos seguir si el pasaporte no puede renovarse?

Cuando el pasaporte ya no es elegible para renovación, se deben cumplir los siguientes pasos para obtener uno nuevo:

1. Completar el formulario DS-11, disponible en línea en el sitio oficial del Gobierno
2. Presentar prueba de ciudadanía, que puede ser el pasaporte anterior, un acta de nacimiento certificada o un certificado de naturalización
3. Mostrar una identificación vigente, como una licencia de conducir o una identificación estatal
4. Llevar una fotografía reciente, que cumpla con los requisitos oficiales de tamaño y formato
5. Solicitar una cita en un centro autorizado de aceptación de pasaportes, ya que es obligatorio presentarse en persona
6. Pagar las tarifas correspondientes, que pueden variar dependiendo del servicio de procesamiento solicitado (regular o acelerado)

Toda la información oficial y actualizada sobre el proceso puede ser consultada en el sitio travel.state.gov (puedes darle clic).

Contar con un pasaporte vigente y en buen estado es indispensable no solo para viajar, sino también para realizar otros trámites que requieren prueba de identidad y ciudadanía. Por ello, no esperar demasiado para renovarlo puede evitar muchos inconvenientes futuros.

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