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Las piezas humanas halladas en una maleta, en Atacames, siguen sin identificar
Los restos fueron encontrados a un costado de la vía alterna troncal del Pacífico
Los dos brazos, dos piernas y un torso hallados en una maleta abandonada en la vía a La Unión de Atacames están aún sin identificar. Este martes 3 de septiembre, el Centro de Medicina Forense de Esmeraldas estuvo concurrido por familias destrozadas, cargando con la esperanza rota de encontrar a sus seres queridos. Allí, cada rostro es un espejo de la desesperación.
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“Cuando llegamos y nos dijeron que podían ser sus partes, sentí que el alma se me salía del cuerpo”, cuenta ‘Martha’ (nombre protegido), con la voz quebrada y los ojos hinchados. Su hijo, José Luis, de 23 años, desapareció hace dos semanas. “No puedo dormir, no puedo comer, y ver esos restos... Dios mío, espero que no sea él, pero al mismo tiempo, ¿y si lo es? Al menos podríamos enterrarlo, aunque sea una parte de él”, añade mientras se aferra a una foto de su hijo.
Hasta este martes 3 de septiembre, tres familias han pasado por el calvario de intentar reconocer las partes humanas encontradas en la maleta. Tres historias diferentes, pero todas unidas por el dolor, la ausencia e impotencia.
“La violencia aquí es insoportable...”, dice Carlos (nombre protegido) un hombre robusto que solía trabajar en la construcción y que ahora apenas tiene fuerzas para hablar. Su hermano menor, Andrés, desapareció hace un mes. “No sabemos nada, nadie nos dice nada. Es como si se lo hubiera tragado la tierra. Y ahora esto... venir aquí a ver si esos pedazos son de él, es como vivir una pesadilla de la que no podemos despertar”, confiesa con la mirada perdida
Los restos humanos fueron hallados el domingo 1 de septiembre, por un hombre que se dedicaba a reciclar objetos. Él vio una maleta negra, abandonada a un costado de la vía alterna troncal del Pacífico, en Atacames, y procedió a abrirla, pero quedó trémulo al ver las partes humanas aún con sangre fresca. La víctima aún no es identificada.
DOS MUERTES MÁS
Mientras las autoridades siguen investigando sobre el mutilado, la noche del 2 de septiembre se derramó sangre en dos sectores de Esmeraldas.
A las 19:00, la calma del barrio 50 Casas fue brutalmente interrumpida por un acto de violencia. Mark Elías Ortiz Cabezas yacía sobre la calzada con múltiples heridas de bala en la cabeza y el dorso, en el sector Tiwintza.
La escena era devastadora, con cinco vainas percutidas esparcidas cerca del cadáver y un celular abandonado al lado del cuerpo, testigos mudos de una ejecución despiadada. Los habitantes, aterrados, miraban desde sus casas.
seis horas después, en la madrugada del 3 de septiembre, la violencia volvió a golpear, esta vez en el barrio Bellavista Norte 2. Eran las 01:39 cuando el silencio fue roto por disparos dentro de un domicilio
Víctor Alfonso Quiñónez, un colombiano de 38 años que trabajaba en el puerto pesquero artesanal de Esmeraldas, fue encontrado sin vida, con impactos de bala en la cabeza, el tórax y el brazo izquierdo. Según atemorizados moradores, dos encapuchados lo ejecutaron. (LCh)
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