Junto a unas tumbas viejas de finados que ya nadie visita en el cementerio de Quevedo, provincia de Los Ríos, sepultaron a los ocho cadáveres que trasladaron desde la ciudad de Guayaquil, después de una serie de especulaciones.

(Te invitamos a leer:  Ser empresario en Ecuador: El riesgo latente al que se enfrentan los ejecutivos)

Fue el sábado 26 de octubre de 2024, en horas de la tarde, cuando unos vecinos del Cementerio General de Ciudad del Río se alarmaron al ver que estaban bajando de un camión e ingresando al camposanto unos cuerpos envueltos en plásticos negros y la alarma se encendió cuando empezó a salir humo del lugar.

Amado Rivera, encargado del panteón, dijo que aquello fue una coincidencia porque en el momento en que ingresaron los cuerpos, una persona estaba limpiando la basura y empezó a quemarla y por eso surgieron las especulaciones.

Rivera explicó que el sábado 26 de octubre, en la mañana llegaron a solicitar que reciban unos cadáveres desde Guayaquil que estaban registrados como fallecidos por muerte natural y no de Covid- 19 como se lo especulaba.

El encargado detalló que en ningún momento ingresaron los cadáveres de forma escondida, sino que por ser fin de semana no tenían los documentos del Registro Civil, pero quedaron en entregarlos a primera hora.

“Con la documentación que trajeron desde Guayaquil, lo primero que hice fue avisar a los directores para que tengan conocimiento y fue por ese motivo que procedimos a ingresar los cuerpos”, refirió Rivera.

Además explicó que dieron las facilidades para que sepulten a los cadáveres en la fosa común que está a unos 50 metros aproximadamente de la entrada principal, y que el domingo 27 de octubre, la Policía llegó hasta el lugar para constatar con la documentación a quiénes enterraron en el sitio.

¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!