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Inundaciones Chone: el relato de las mamás de dos recién nacidos evacuados del hospital
Dramáticos testimonios de dos madres de los recién nacidos que fueron evacuados de una casa de salud de Chone
Khader Nicolás Loor Briones fue el primer neonato en ser trasladado en termocuna en medio de las inundaciones que azotan a Chone, en la provincia de Manabí. La imagen de la odisea acuática que vivió este bebé a sus siete días de nacido, el 21 de febrero de 2024, se divulgó en el mundo.
Pero esta no ha sido la única travesía que ha tenido que soportar este niño. Sus inconvenientes se presentaron desde las pocas semanas de gestación. Su madre, Maryuri Briones, a las 10 semanas de embarazo tuvo una amenaza de aborto, a las 25 sufrió una rotura de membrana y a las 28 le hicieron una cesárea de emergencia. Ella dio a luz a Khader cuando el hospital se estaba llenando de agua tras el desbordamiento del río.
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Maryuri Briones, ama de casa de la comunidad de Agua Fría, territorio rural del cantón Junín, comentó que varias veces los médicos le advirtieron que su bebé no era compatible con la vida, que las pocas semanas de gestación lo convertían en un bebé prematuro extremo. Cada vez que le decían eso, ella cerraba los ojos y oraba.
Está segura de que su bebé es “un guerrero” y una luz que llegó a alumbrar su vida en días difíciles. “Mi bebé es una bendición, porque mi mamá falleció hace siete meses de un cáncer de colon y él vino para aliviar mi tristeza. Es un ejemplo de fe, de constancia, es una prueba clara que Dios no nos suelta”, expresa en una mezcla de sentimientos desde la cama de la casa de salud.
Pasados los siete días, Maryuri pudo conocer mejor a su bebé. No lo vio en las circunstancias que hubiera querido. Nicolás está aún en termocuna, intubado, en el área de Neonatología del Hospital de Especialidades de Portoviejo.
Ella viajó el miércoles 28 de febrero de 2024, desde su natal Agua Fría, para ver a su retoño y atender el pedido de los médicos para una transfusión de sangre, procedimiento necesario para que su bebé siga luchando por su vida.
Desde que lo trasladaron de hospital, el niño quedó a cargo de su padre Luis Loor, pero la mamá, pese al dolor de la cesárea, debió movilizarse para la donación y porque también tuvo que almacenar leche para cuando el neonato pueda alimentarse.
“Ya lo he visto que está algo mejor, más recuperado”, precisa con optimismo Maryuri y recuerda que hace 8 días vivió una experiencia que no imaginó jamás. Y es que el 21 de febrero, a sus 28 semanas, le agarraron los dolores cuando estaba internada en el Hospital Napoleón Dávila Córdova, de Chone, una de las casas de salud afectadas por las lluvias.
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“Cuando me dieron los dolores, la doctora le dijo a mi esposo que era posible que el bebé no viviera. Luego también la chica de neonatos nos preguntó si estábamos conscientes de lo que podía ocurrir. Yo les respondí que tenía mucha fe y que dejaba en manos de Dios lo que Él decidiera”, narró.
Pero hubo otro lío. Cuando nació el bebé no había termocunas disponibles, tampoco una ambulancia que pudiera entrar hasta el hospital para un traslado. “Todas las posibilidades eran escasas para que mi bebé viviera, pero mi fe siempre estuvo al cien por ciento”.
Por sus condiciones, al recién nacido lo colocaron directamente en una termocuna del quirófano, posteriormente lo subieron al segundo piso porque el agua había empezado a ingresar a la casa de salud. Después les dijeron que por su estado crítico, su bebé iba a ser el primero en ser trasladado hasta Portoviejo y que los rescatistas lo iban a llevar en medio del agua.
“Sin duda alguna es una historia conmovedora. Por eso pido la ayuda de las personas solidarias y de buen corazón que nos apoyen. Mi esposo es la única fuente de ingreso y él ahora no está trabajando porque está pendiente de mi bebé, de comprar medicamentos, sondas y demás cosas. Quisiera que nos ayuden a todos los familiares que tenemos nuestros bebés luchando”, exclamó Maryuri.
Momentos de angustia
Yossenka Loor es otra de las madres cuyo bebé permanece en el Hospital de Especialidades de Portoviejo, procedente de Chone, por las inundaciones. Desde hace ocho días viven momentos complejos, entre noticias positivas y a veces negativas.
Recuerda que la sacaron con su bebé en brazos. Su niño sí podía respirar y no fue necesario colocarlo en termocuna. Sin embargo, estaba nerviosa porque debía ir en medio del agua.
“Fueron momentos de mucha tensión y temor. Incluso en el viaje estuvimos a punto de sufrir un accidente porque un carro pesado se cruzó en el camino. Afortunadamente el chofer de la ambulancia pudo frenar a tiempo”, relató.
Ahora su bebé está mejorando. “Estamos rogando a Dios que todo salga bien, que Dios nos cuide a todos”, exclamó. Este tipo de situaciones ha fortalecido una amistad entre los familiares de los neonatos que fueron trasladados desde Chone a la capital manabita.
“La alegría de uno es la alegría de todos, la tristeza de uno es la tristeza de todos, hemos hecho como una nueva familia entre todos los que nos encontramos aquí...”, exterioriza Yossenka, de 28 años.
Piden ayuda de autoridades
Estas familias viven días de mucho ajetreo. Les ha tocado incluso buscar lugares donde quedarse. Los gastos son enormes, por eso piden ayuda a las autoridades.
Como Yossenka, otras madres y padres, han dejado sus hogares y se quedan donde otros familiares, algunos alquilan provisionalmente y tienen que desplazarse hasta los diferentes barrios. Por ello solicitan ayuda de autoridades y de personas generosas para la compra de pañales, sondas y demás productos para sus bebés.
Debido a la inundación que sufrió la ciudad por las lluvias y el desbordamiento del río el jueves 22 de febrero, Chone fue declarado en emergencia sanitaria. Una de las motivaciones fue que su sistema de salud colapsó. El Centro de Salud Tipo C, el Hospital Napoleón Dávila y el IESS Chone fueron afectados por el ingreso de aguas. Tuvieron que evacuar pacientes.
En el caso del Napoleón Dávila, en las últimas horas, se activó el Plan de Respuesta trasladando personal para atención a las instalaciones de la Universidad Laica Eloy Alfaro (Uleam), en Chone, en los servicios de emergencia, Unidad de Cuidados Intensivos y Medio, recuperación, cirugía, ginecología, medicina interna, pediatría, entre otras.
El hospital del IESS no atiende en su edificio principal, ubicado en el barrio San Felipe. La mayoría de sus servicios, a excepción de la consulta externa, está en el Hospital de Contingencia del barrio Los Naranjos, una de las zonas altas del cantón.
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