El sol radiante ilumina el cielo azul y una brisa fresca acaricia el rostro. El sonido de las olas se mezcla con el canto de las aves, y el aroma del mar con el de la comida, despertando el apetito. El color verde de los manglares contrasta con el de las casas, pintadas de tonos vivos. Este es el escenario que aprecian quienes visitan Muisne, una isla de la provincia de Esmeraldas.

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Muisne significa ‘lugar de aves’ en la lengua indígena chachi. Y es que en sus manglares habitan más de 70 especies de estos animales, además de mamíferos, peces, moluscos y crustáceos.

El manglar es un ecosistema único, que se forma en las zonas costeras donde se mezclan el agua dulce de los ríos y el agua salada del océano. En Muisne hay árboles de mangle que tienen más de 100 años de edad, los cuales son un importante atractivo.

Desde tiempos ancestrales, los habitantes de Muisne aprovechan sus recursos naturales. El manglar es fuente de sustento para pescadores, recolectores de conchas y artesanos que elaboran objetos con las fibras de las plantas. También es fuente de inspiración para músicos, poetas y pintores, que expresan su arte con los colores y sonidos del paisaje.

Sin embargo, los manglares del estuario del río Muisne enfrentan graves amenazas, como la deforestación, la contaminación, el cambio climático y la sobreexplotación de sus recursos.

"Los manglares son nuestra vida, nuestra cultura, nuestra identidad. Aquí nacimos, crecimos y aprendimos a respetar y cuidar la naturaleza. De los manglares sacamos nuestro alimento, nuestro trabajo, nuestra educación. Sin los manglares, no somos nada", dice José García, líder de la Asociación de Cangrejeros del Estuario del Río Muisne, que agrupa a más de 300 familias dedicadas a la extracción y comercialización del cangrejo rojo (Ucides occidentalis), especie emblemática y endémica de los manglares ecuatorianos.

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Los visitantes pueden disfrutar de la Ruta del Manglar, un recorrido en lancha por el estuario del río Muisne, para observar la flora y la fauna, así como visitar las comunidades y participar de sus actividades cotidianas.

Este recorrido tiene varios puntos:

- Mirador de aves. Puede ver garzas, pelícanos, fragatas y otras especies;

- Bosque de mangles. Aprende de sus variedades, el rojo, negro, blanco y el mangle botón;

- Museo de conchas. Exhiben colecciones de caracoles, almejas y otros moluscos;

- Taller de artesanías, donde se pueden aprender las técnicas para elaborar canastas, sombreros y otros objetos con las fibras del mangle.

El paseo dura aproximadamente dos horas y el costo fluctúa entre los $5 y $8 por persona. Los visitantes también pueden conocer de la música y la gastronomía de Muisne. Esta es una opción para pasear en este feriado de carnaval.

"La música es el alma del manglar. Aquí se toca marimba, bombo, guasá y el cununo, instrumentos típicos de la costa ecuatoriana", explica José Luis Quiñónez, de 25 años, uno de los guías que lo lleva a conocer los manglares.

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