Una pancarta es lo primero que se ve al ingresar al barrio La Cananga, ubicado al sur de la ciudad de Esmeraldas. En la lona de 2,5 metros de alto y 65 metros de ancho se lee una leyenda: “La Cananga es de Cristo”.  

La frase es una declaración de fe por parte de los miembros de diversas iglesias evangélicas de la capital de la Provincia Verde.

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A la vez es una advertencia para quienes quieren llegar a causar problemas en uno de los sectores más conflictivos de la urbe, el cual ha sido escenario de enfrentamientos a bala entre bandas criminales, sicariatos y ha sido el lugar donde han abandonado un sinnúmero de restos humanos.

El letrero es parte del accionar que varias congregaciones realizan para rescatar al barrio de las “garras del espíritu de la muerte”.

“Declaramos a La Cananga como el barrio de Cristo”, aseguró el pastor Orlin Rosales, uno de los mentalizadores de esta iniciativa y a quien Dios le habría pedido que realice la actividad a través de una revelación o visión, que luego habría sido confirmada por otra pastora.

En esta iniciativa participan ocho iglesias de distintos barrios esmeraldeños, entre ellos La Cananga, Bendición de Dios, Casa Bonita, Y de Vuelta Larga y el centro de Esmeraldas.

La idea de unir la iglesia fue de dos hermanos cristianos, Orlin Rosales, líder del templo Agua Viva, e Isabel Díaz, miembro de Jesús es la Roca. Ellos van con todo tras el avivamiento del sector.

Desde el pasado miércoles 13 de septiembre empezaron con los días de ayuno y de oración. Después de eso salieron a evangelizar a todos los moradores de La Cananga y sus alrededores.

“El principal propósito es presentarle a la gente a Dios. Aquí ya no hay espacio para la violencia, para más muertes. Mucha gente inocente del barrio perdió la vida en esta guerra que ha quedado en el pasado, porque el presente de La Cananga es Cristo”, aseguró Isabel Díaz.

Carlos, nombre protegido, es otro integrante de la iglesia Jesús es la Roca y hace un año, aproximadamente, perdió a uno de sus tres hijos en manos de presuntos sicarios que le propinaron más de ocho disparos, en el ingreso al barrio La Cananga.

Él revela que perdonó a los asesinos de su vástago y tomó el hecho como un designio de Dios. Juró que desde ese momento iba a predicar y a orar más tiempo para que termine el sufrimiento de más familias.

“No queremos que más familias esmeraldeñas ni de ninguna parte del país sigan sufriendo. No queremos que más padres como yo sigan enterrando a sus hijos. No queremos ver a más madres llorando sobre los cuerpos de sus hijos en charcos de sangre”, dijo Carlos, quien participó en la jornada de avivamiento.

El sábado 16 de septiembre se llevó a cabo una minga en todas las iglesias, con esa estrategia se acercaron más a las personas de la zona. Los hermanos en Cristo barrieron el frente de las viviendas y limpiaron veredas que en algún momento estuvieron manchadas de sangre.

Ayer, 17 de septiembre, realizaron el primero de varios cultos al aire libre, denominado ‘Unidos a favor del pueblo’.

La idea de los pastores de estas iglesias es hacer varios cultos (alabanzas y predicaciones) en La Cananga y avanzar a otros sectores para recuperarlos de las tinieblas y la ‘huesuda’. 

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