Raúl Eduardo Quintero Ayoví, de 44 años, llevaba una década desempeñándose en la Prefectura de Esmeraldas. Era ingeniero comercial y trabajaba en proyectos de emprendimiento en el departamento de Fomento Productivo.

Este martes 14 de noviembre de 2023, a eso de las 07:30, Raulín, como lo llamaban familiares y amigos, salió de su casa ubicada en la calle Colón, entre Quito y Calderón, para llevar a sus dos hijos de 5 y 9 años a la escuela.

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Después, según datos proporcionados por la Policía, Quintero pasó retirando su vehículo por un garaje cercano, pero cuando regresó a su casa para arreglarse e ir a trabajar, en las inmediaciones de su domicilio lo estaban esperando unos sujetos armados que se movilizaban en motos. Le propinaron nueve disparos que le impactaron en el tórax, abdomen y cabeza. El profesional murió inmediatamente.

Quintero es la séptima víctima de una sangrienta ola de atentados contra personal y bienes de la Prefectura de Esmeraldas, cuya autoridad principal, Roberta Zambrano, estaría siendo extorsionada.

Una fuente cercana a la Prefectura le dijo a EXTRA que los antisociales habrían solicitado un millón de dólares a Zambrano, quien habría accedido a pagar una parte. Para ejercer presión a la autoridad estarían asesinando a los empleados.

Según el coronel Julio César Vásquez, comandante de la Subzona Esmeraldas, los extorsionadores estarían eligiendo a sus víctimas de forma aleatoria, lo cual ha generado un miedo colectivo entre los trabajadores del Gobierno Provincial.

“Estamos indefensos y nadie dice nada. Hasta ahora no hay una explicación clara por parte de las autoridades del Gobierno y de la provincia... Las víctimas son gente trabajadora y sus familias están sufriendo”, analizó un dirigente sindical.

El 18 de agosto, Zambrano se refirió públicamente a esta serie de ataques con un vídeo que difundió por una red social. En él dijo: “No tengo miedo porque estoy con Dios...”.

Este martes 14 de noviembre, los trabajadores del Taller de Mantenimiento Mecánico y de la Planta Asfáltica mantenían la paralización, medida adoptada desde la mañana del lunes 13 de noviembre con el fin de proteger sus vidas. Las puertas de estas dependencias permanecieron cerradas con candado.

Por la medida de hecho se han paralizado unas 44 obras en ejecución, en los siete cantones. La maquinaria ha sido retirada por seguridad y para evitar nuevo ataques con explosivos. (LCh)

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