San José de Barabón, comunidad de la parroquia San Joaquín, en el noroeste de Cuenca, desde hace 20 años cimentó su transformación en un paradero turístico que ofrece tradiciones gastronómicas, paisaje natural y cultura.

En más de cinco kilómetros sobre la vía a Soldados hasta la iglesia La Inmaculada de Barabón, aproximadamente 20 locales ofertan variada gastronomía típica.

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Habitantes convirtieron sus viviendas en atractivos restaurantes de fachadas campestres con asaderos visibles para que a los visitantes se les abra el apetito mirando cómo se asan cuyes, pollos y costillas de cerdo.

Henry Guamán, propietario de La Olla de Barro, recuerda que su madre junto con otras mujeres conformó hace más de 20 años la Asociación Biocorredor Turístico de Yanuncay para impulsar la transformación de la zona.

Así, la vivienda dejó de ser familiar para convertirse en uno de los primeros restaurantes y hasta la actualidad recibe a decenas de visitantes que buscan degustar el tradicional cuy asado con papas. Otro de los restaurantes es Las golosinas de Mamá Michi, en el cual sirven caldos de gallina, de pata y de mocho.

Pero en esta comunidad hay más que gastronomía. Su gente también se dedica al oficio de la cestería, de tejer diversos objetos que los ofrecen a quienes llegan de turismo, especialmente los sábados y domingos.

Saida Guamán, desde hace más de 40 años, elabora canastas, tasas, paneras, jardineras, entre otros artículos. En el patio de su casa, que convirtió en su taller y sentada en una pequeña silla, con sus hábiles manos, Saida da forma a una canasta en menos de dos horas. Los fines de semana saca a exhibir sus artesanías.

Ella integra una de las 15 familias que aún conserva este oficio que las nuevas generaciones ya no se interesan en aprender, según comenta Guamán.

En la zona es común ver grupos de ciclistas. La comunidad es parte de sus rutas deportivas. Pueden hacer recorridos en bicicleta. Otra de las actividades que impulsan los habitantes son las cabalgatas. Alquilan animales y guían a los turistas por las zonas montañosas.

Para los amantes del trekking o excursionismo hay la opción de ascender al cerro Pallkarumi o Boca de Pez a más de 1.000 metros. Puede conocer la zona de pastoreo, luego el bosque nativo hasta llegar al páramo, desde donde tiene vistas panorámicas espectaculares de la ciudad.

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