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Opinión

Editorial: ¿Y las víctimas colaterales?

Que un adulto mayor haya muerto por haber sido utilizado por un presunto delincuente como escudo humano, evitando las balas de sicarios, es otro acto execrable en el país, pero que no mueve una sola fibra sensible en el Gobierno, que cuenta los días para marcharse.

Las víctimas colaterales se cuentan por cientos desde que la violencia criminal se adueñó de las calles de Ecuador. Todo queda tapado por el manto de la impunidad. Son vidas que terminaron atrapadas entre la guerra de bandas criminales. 

¿Cuál ha sido el mecanismo que ha aplicado el Estado para proteger a la población? Ninguno. Y si hubo algo, pues ha sido un rotundo fracaso, porque en cada esquina siguen muriendo inocentes, con o sin estados de excepción. ¿Quién responde por esas vidas?