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Opinión
Editorial: Una respuesta un tanto tarde
Ante los nuevos registros de incendios forestales en el sur del país, ¿qué dice el Gobierno? ¿Lo mismo de siempre?
La declaratoria de emergencia nacional por los incendios forestales en la zona sur del país, y el preocupante avance de las llamas que hasta ahora han devastado más de tres mil hectáreas, vuelve a desnudar la poca y tardía reacción de los organismos de riesgos, tras más de nueve días de haberse activado el fuego. Resulta inaudito que, con el antecedente de lo vivido en Quito y en otras provincias debido a las altas temperaturas, hace pocas semanas, no se cuente con un plan de intervención inmediata.
La falta de una respuesta efectiva y oportuna ante este tipo de desastres no es un tema menor. En situaciones como esta, donde el clima extremo y la sequía —sin descartar posibles actos terroristas— se combinan con la falta de preparación y coordinación, las consecuencias son devastadoras no solo para el medio ambiente, sino también para las comunidades que dependen de estos ecosistemas para su subsistencia.
No es suficiente declarar la emergencia una vez que los daños ya están hechos; se necesita una estrategia integral de prevención y respuesta rápida. A esto debe sumarse una adecuada planificación y educación para la ciudadanía, que también juega un rol importante en la prevención de estos siniestros. Sin nada de esto, el país seguirá en llamas.
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