Ante la crisis energética, se hace evidente la urgente necesidad de facilitar la llegada de billete fresco al país para promover un cambio en la matriz energética. Aunque se han realizado varios intentos que podrían impulsar la inversión, en Ecuador existen factores clave olvidados que son necesarios para que esta voluntad de apostar por el país se haga realidad.

En esta situación de urgencia, es vital reformar leyes que permitan que la inversión empresarial se materialice en sectores estratégicos, una potestad que actualmente solo está reservada para un Estado ‘chiro’ y con instituciones poco sólidas. También es crucial garantizar la seguridad jurídica y tributaria, algo que países de la región, como Chile, a pesar de sus propios desafíos, continúan reclamando a sus autoridades, ya que han comprobado que esto fue esencial para su desarrollo en el pasado. En Ecuador, existen normas y discursos oficiales que defienden este principio, pero han sido letra muerta durante décadas. Es urgente cambiar este esquema.

No podemos seguir teniendo un Ministerio de Finanzas que, año tras año, se niega a ofrecer estabilidad tributaria a las empresas por miedo a no poder cumplir con la recaudación necesaria, la solución más fácil para enfrentar el histórico déficit fiscal del país.