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Opinión
Editorial: Prostitución en el centro de Guayaquil
La denuncia que EXTRA realizó esta semana sobre la proliferación de sexoservidoras a lo largo de la calle Víctor Manuel Rendón, en pleno centro de Guayaquil, desde las ocho de la mañana, cuando niños ingresan a los planteles educativos o ciudadanos inician su jornada laboral, ha surtido efecto sin la ayuda de los agentes metropolitanos ni de la Policía Nacional. Desaparecieron, pero no por mucho tiempo...
Una de las fotografías utilizadas por este Diario para graficar esta problemática que, según vecinos, lleva ya cuatro años generando dolores de cabeza por los constantes conflictos y escándalos entre las trabajadoras sexuales y vendedores ambulantes, puso en evidencia el poco -o nulo- control de esta actividad por parte de los agentes, quienes realizan rondas, pero sin el efecto que los vecinos esperan, mucho más en la mañana cuando las sexoservidoras transan con clientes sin importar quienes transiten a su lado.
Esto es un problema de orden público que debe ser manejado por la Intendencia, pero que también le compete al Municipio por el uso de suelo. Los habitantes del centro no quieren que las autoridades se sigan ‘tirando la pelotita’, sino que frenen de una vez el crecimiento de la prostitución, sinónimo de abandono y ausencia de planificación de la ciudad.