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Opinión
Editorial: ¡Ojo con los boicoteadores!
La victoria del presidente electo da algo de esperanza al país, no la suficiente como para que el solo triunfo aplaque el miedo que siente el ecuatoriano que se traslada con incertidumbre desde su lugar de trabajo a su casa, todos los días.
Paradójicamente, donde con mayor intensidad se sienten los estragos de la inseguridad (casi en toda la Costa, salvo El Oro) el correísmo logró una mayor votación en segunda vuelta. La Sierra, parte de la Amazonía y Galápagos favorecieron al mandatario electo.
Que la franja costera respalde la candidatura de una organización política que representa la misma ideología del Foro de Puebla o de Sao Paulo es curioso y preocupante. Evidencia una percepción de desesperanza, de desolación. El cambio es necesario. El presidente electo representa justamente eso. Pero los mandatarios son temporales.
La presión de la sociedad civil, dado el fracaso y abandono del gobierno saliente y de otros que lo precedieron, es la que debe empujar ese cambio profundo. Depender de la buena voluntad de los gobernantes y políticos no basta, la ciudadanía deber estar constantemente activa, exigiendo a los diferentes poderes del Estado que cumplan su función de forma idónea y muy vigilante para impedir que ninguno de ellos boicotee el avance hacia las soluciones.