Las redes sociales se han convertido en un campo de batalla donde políticos, figuras públicas e incluso ciudadanos comunes se lanzan insultos y ataques personales. En lugar de ser un espacio para debatir propuestas y buscar soluciones a los problemas del país, lo que vemos es una guerra de descalificaciones y odio, que vuelve casi imposible cualquier tipo de diálogo constructivo.

Lo que podría ser el escenario ideal para discutir ideas y encontrar puntos en común, se ha transformado en un lugar donde el objetivo es aplastar a quienes no piensan igual. Y esto no solo habla mal de la moral de muchos, sino que también refleja una preocupante falta de ideas y de capacidad para construir algo positivo.

Peor aún cuando estos ataques se convierten en una estrategia política. En vez de usar las redes para promover debates productivos o sensibilizar a la gente sobre problemas importantes, muchos prefieren tomar el camino fácil: insultar, difamar, lanzar ‘fake news’ y alimentar estereotipos.

Ya es hora de que dejemos de permitir que el odio y la ignorancia dominen las conversaciones en las redes sociales. Cambiar este panorama, transformar estos espacios en algo más respetuoso y constructivo, no será fácil, pero es algo que debemos hacer si realmente aspiramos a una sociedad más unida y justa.