Los interminables casos de corrupción y abusos de poder siguen desgastando la confianza del pueblo en las instituciones encargadas de la seguridad y el orden, como ha sucedido con la Policía, las Fuerzas Armadas y organismos como la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE). Este fenómeno exige una respuesta urgente y eficaz para recuperar la credibilidad y legitimidad ante la sociedad.

Una reforma profunda y transparente es clave para abordar este desafío. Este proceso debe incluir investigaciones rigurosas, sanciones ejemplares y la implementación de mecanismos de control más estrictos sobre los integrantes de estas instituciones. Además, es crucial promover programas de capacitación ética y profesional que fortalezcan los valores de servicio, honestidad y respeto por los derechos ciudadanos. Al identificar y eliminar a los elementos corruptos, se enviará un mensaje claro de compromiso con la integridad.

Asimismo, es vital fomentar una comunicación fluida y abierta entre las instituciones y la sociedad. Recuperar la confianza no solo depende de las acciones internas, sino también de la capacidad de estas instituciones para ser transparentes y rendir cuentas, demostrando con hechos su compromiso con la ética y la justicia.