Los expertos en encuestas de opinión y analistas sostienen que la polarización política está acabando. Esto podría ser un hecho positivo para la construcción de consensos que tanta falta hacen. Sin embargo, el resultado de las elecciones muestra una realidad: en lo regional, Ecuador sufre de una profunda grieta política.

Los mapas con los resultados electorales son contundentes: en la Costa hubo una votación muy marcada a favor de la candidata del correísmo y en la Sierra, así como en la casi totalidad de la Amazonía, por el presidente electo. Eso es, indudablemente, una forma de polarización que no se puede ni se debe ignorar. Es una grieta a la que hay que tener en cuenta en la búsqueda de esos acuerdos nacionales.

Se trata, entonces, de una actitud frente a la política tan diferente en cada región que abona muy poco a la tesis de que la polarización en el país está muriendo.