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Opinión
Editorial: Después de los debates
Con la convocatoria oficial que obligó a la presentación de todos los candidatos presidenciales de los 16 binomios inscritos en el Consejo Nacional Electoral y la llamada de los medios de comunicación, a la que no concurrieron dos de los aspirantes, se cumplió todo un programa de debates para que la ciudadanía, que va a ejercer su derecho al voto el domingo 7 de febrero, pudiera con conocimiento de causa escoger entre las diversas opciones presentadas por los diferentes grupos políticos.
Por supuesto que no hubo largas exposiciones sobre los programas que cada uno de los candidatos ha preparado como bandera de lucha electoral, sino que fue una suerte de síntesis, dado el poco tiempo que se le dio a cada uno de los debatientes para su intervención, en la que se incluyeron también determinadas acusaciones entre los rivales y la duda de que determinados programas pudieran tener un real y efectivo cumplimiento en caso de poder ser aplicados.
Y es que este debate conjunto se puso en práctica por primera vez, como también es la primera vez que se presenta a consideración del electorado un grupo tan grande de binomios, que pudieron haber llegado a ser 17 si no se hubiera anulado la candidatura de Álvaro Noboa.
Un ejercicio, pues, de democracia en que han podido intervenir como actores y como receptores la totalidad de quienes participan en este proceso que impondrá a los nuevos integrantes de los poderes Ejecutivo y Legislativo desde mayo próximo.