Más de tres mil jóvenes que han terminado sus estudios en la Universidad de Guayaquil, obteniendo la aprobación luego de los exámenes pertinentes y con ello el derecho de ejercer la profesión por la que han estudiado algunos años, no pueden hacer uso del correspondiente título alcanzado por la falta del respectivo documento debidamente aprobado y firmado por las autoridades del organismo de educación superior.

Existen egresados que han tratado de obtener tal documento que acredite los referidos títulos profesionales durante más de un año sin haber podido lograr su cometido. Y esta falta de los consabidos diplomas que confirman la obtención del título sigue dejando en el desempleo a esos miles de ciudadanos que por la falta de documentación no pueden ejercer la profesión que les ha costado años de estudio y sacrificio.

Ante esta desesperante situación causada por una burocracia universitaria, posiblemente por el tiempo en que el Alma Mater permaneció intervenida por el gobierno, los egresados han anunciado que realizarán marchas y plantones para exigir la entrega de sus títulos profesionales. Y es de esperarse esta situación luego de que la universidad dejó de estar intervenida contando ya con nuevas autoridades que la dirigen y que tienen que hacer valer esa autonomía que por un buen tiempo se había perdido.