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Columnas: no hay socialismo sin producción

Si hay países que podrían hablar de Socialismo y que se dieron bala por ello son China y Vietnam.

Si hay países que podrían hablar de Socialismo y que se dieron bala por ello son China y Vietnam. Me solazaba en la cátedra leyendo la lucha de Mao Tse Tung contra Chiang Kai-shek y Ho Chin Minh contra los Estados Unidos; pueblos que luchaban por un ideal en calles, plazas y campos y que impusieron el socialismo en sus pueblos.

Luego vendría la Guerra Fría entre la Unión Soviética y los países de Occidente. Se impuso el capital y la producción, contra la improductividad del socialismo donde todos aspiran a vivir del poder estatal, mientras los que están en el poder gozan de ilimitadas prebendas. Y se fueron desmoronando los países que vivían tras la cortina de hierro. Cayó el Muro de Berlín y luego la disolución de la URSS. Todos los países optaron por el comercio, la industria, el libre mercado, manteniendo su estructura política socialista.

Todos evolucionan, unos para atrás, otros para adelanto. Den Xiaoping en China repetía que no importaba de qué color sea el gato, lo importante es que cace ratones. Y el gato socialista es ahora la segunda potencia económica del mundo.

Lo mismo Vietnam, a la muerte de Ho Chi Ming, se proclama la República Socialista de Vietnam. Se unen Vietnam del Norte con el Sur, y se libera la economía, aunque se mantiene el régimen político socialista.

Hoy Vietnam es una de las naciones más prósperas del mundo y tiene relaciones comerciales con la mayoría de países del mundo, principalmente con EE.UU.

Vietnam tiene apenas 331.210 kms para una población de más de 92 millones de habitantes, donde la mayoría viven bien trabajando. Su actual presidente es Tran Dai Quang.