Los hechos que acaban de ser conocidos públicamente, acaecidos en las aulas del colegio réplica Aguirre Abad, de Guayaquil, referentes al abuso sexual del que han sido objeto varios estudiantes de ese plantel por parte de sus profesores, son execrables, inauditos, sin nombre, y ponen al descubierto la crisis moral y ética que ahoga al país.

Se denuncia la corrupción por donde se mire. Robo a los dineros del pueblo cometidos a cada paso sin escrúpulo de naturaleza alguna, con total desfachatez de sus autores para decir que son inocentes, y que todo lo que se dice y conoce no es sino producto de linchamientos mediáticos.

Lo mismo sucede con los horripilantes sucesos del colegio réplica Aguirre Abad.

Los directivos de esa institución educacional nada sabían, y cuando por la presión de los padres de familia se destapó esta pus hedionda, hicieron fugar a los sospechosos desde los interiores del plantel cuando la Policía los buscó para apresarlos.

¿Qué es lo que está sucediendo ahora en nuestra comunidad?...

Estos hechos asquerosos no pueden quedar solamente para lamentaciones hipócritas. Hasta ahora no se conoce la voz de una alta autoridad educacional que le diga al país a qué se debe este relajo moral y qué es lo que se va hacer, qué castigos se aplicarán para evitar que nuestros niños y jóvenes sean miserablemente ultrajados por seres anormales que lo menos pueden ser profesores, y menos conductores de juventudes...(BLC)