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Capilla ardiente levantada en el Cuartel Modelo para policia que murió en manos de delincuentes.Christian Vinueza

Video: hombre robó celular de policía asesinado en la Isla Trinitaria

El gendarme fue baleado al mediodía del jueves 30 de marzo, en el sur de Guayaquil tras el caso del 'hombre bomba', en el norte.

Su asesinato no tuvo la trascendencia como en otros casos, ante la conmoción que vivió la ciudad por una situación inédita del crimen organizado, que utilizó a un hombre con explosivos como amenaza para extorsionar a un negocio de compra y venta de joyas, ubicado en Sauces 9, en el norte de Guayaquil.

Pero lo ocurrido con el cabo segundo Byron Javier Vera Avilés, de 34 años de edad, quien fue baleado al mediodía del jueves 30 de marzo, indigna y pone en evidencia una vez más la descomposición de nuestra sociedad.

El gendarme, quien vestía de civil cuando lo asesinaron, se encontraba en descanso operacional, pues le tocaba ingresar al servicio en el segundo turno, en el Distrito Los Esteros, donde laboraba

Según un informe preliminar de los hechos, moradores de la cooperativa Jacobito Bucaram, en la Isla Trinitaria, indicaron que dos sujetos a bordo de una motocicleta negra fueron los causantes del crimen. En el sitio, sus compañeros encontraron su motocicleta y varios indicios balísticos, pero no el teléfono celular.

El aparato fue sustraído al servidor policial luego de que su cuerpo yacía sin vida y boca abajo, sobre la acera de una vivienda de la manzana 408, por un sujeto, aparentemente del sector que no pasa de los 20 años.

La sustracción se conoció por un video que se hizo viral en redes sociales y donde se observa claramente a quien se llevó el celular.

Aunque uno de los curiosos le advierte al sujeto que lo deje (al fallecido), el individuo le respondió muy suelto “pero si ya está muerto” y que no le iba a hacer nada. Y, en efecto no le hizo nada al cuerpo, pero inmediatamente de su respuesta se agacha y le quita el celular a la víctima, en medio de los gritos de ”¡déjalo! y los insultos y asombro de los curiosos que se acercaron a ver la escena, pero no lo detuvieron.

Al parecer, alguien quiso intervenir, pero se escucha a una mujer que le pide dejarlo porque el “ problema (es) de ellos”, por lo que el individuo se fue caminando y sin apuro.

Hasta el cierre de esta nota, la Fiscalía no había anunciado alguna investigación sobre esos hechos, ni tampoco la Policía se ha pronunciado con respecto a las indagaciones del caso, que se suman a la muerte de otros gendarmes, en Guayaquil.

Para el abogado Pedro Cruz, exintendente del Guayas, la situación demuestra el grado de descomposición moral y ética de nuestra sociedad ecuatoriana. “De un tiempo acá evidencia carencia de valores éticos, morales, humanos y hasta cristianos. Robarle a un policía que no sabemos en qué circunstancia ocurrió esa muerte, pero ya estaba muerto, eso debe ser sancionado”, indicó el jurista al considerar que la Fiscalía debería de iniciar de oficio una investigación y no esperar a la denuncia de algún familiar.

Con las imágenes que circulan en el video, dice Cruz, se puede actuar de oficio por esas acciones penales. Aclaró que la sustracción del teléfono debe investigarse como un delito de hurto, cuya sanción depende del monto del objeto sustraído.“

Si el objeto no pasa de un salario básico de 450 dólares es una simple contravención. Todo depende de la valoración tecnico-forense que se le haga al equipo sustraído y si pasa de ese valor es delito y la pena aumenta, ya no son días ni semanas, sino meses y hasta años”, explica.

Pero robarle a una persona ya muerta, que no opone resistencia, y más si se trata de un policía, lamentablemente, no serían circunstancias agravantes para aplicar a la pena en estos casos, señala el exfuncionario, quien además cree que debe existir un cambio de leyes penales.

“Cuando fui comisario de Policía existía el delito de habitualidad, lo que significaba que cuando venía el parte de un detenido con 4, 5, 6, 8, 10 detenciones, inmediatamente se le iniciaba el sumario por la agravante de que era detenido varias veces por el mismo delito, figura que ya fue derogada”, lamenta el jurista.