Después de dos meses de la matanza que se produjo en la cárcel de Santo Domingo de los Tsáchilas, con un total de 44 reos asesinados, luego del mediodía, se registró nuevamente una “riña” en el interior del Centro de Privación de Libertad (CPL), situado en el sector de Bellavista.

El Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y Adolescentes infractores (SNAI) confirmó que tras conocer de este hecho inmediatamente se solicitó apoyo de la Policía Nacional, Fuerzas Armadas y también del Ministerio de Salud Pública.

Extraoficialamente se conoció que la bronca se habría iniciado a las 14:20. Supuestamente se escucharon disparos y luego se difundieron unas fotografías en las que se observaban cuerpos desnudos y decapitados. Una fuente policial le confirmó a EXTRA que hasta las 15:30 de ayer se habían reportado, al menos, siete fallecidos dentro de la prisión. Luego, el SNAI informó en su cuenta de Twitter que eran 13 los internos fallecidos hasta las 18:00.

Además, informaron que estaban evacuando a los heridos, pero no dieron un número, señaló el gobernador de Santo Domingo, Orlando Castillo.

La información era confusa porque las autoridades no habían podido llegar al sitio de los sucesos, dijo el funcionario. A las 16:00 aproximadamente había llegado una ambulancia y otra estaba en camino.

Lo que describió Castillo fue que se produjo un intento de amotinamiento, riña entre los reos en los pabellones de mínima y mediana seguridad.

Una fuente desde dentro de la prisión le informó a este Diario que varios internos pretendían ingresar a mínima seguridad, donde se encuentran detenidos miembros de la organización delictiva R7. Esta red se hizo conocida en esta provincia desde 2020, cuando a sus integrantes les atribuyeron varios sicariatos relacionados con el tráfico de drogas.

Antecedentes

En mayo pasado, en la matanza, saltó un nombre: Freddy Marcelo Anchundia. Según la Policía y el Ministerio del Interior, la masacre se había provocado por la presencia de alias Anchundia, líder de la banda R7, quien fue trasladado a esta prisión desde La Roca, el pasado 30 de abril, gracias a una acción de protección con medida cautelar.

Según el expediente del caso, Anchundia dijo que lo amenazaron de muerte a él y a su familia, que no pudo salir de su celda por varios días porque intentaron ahorcarlo en el baño y quisieron hacer pasar su muerte como un suicidio. Incluso, el privado de libertad mencionó que “tengo miedo hasta de comer, porque pienso que me puedan envenenar”.

Tras el crimen de los 44 internos en tierra colorada, él fue trasladado hasta la prisión de máxima seguridad de La Roca, en Guayaquil, donde permanece actualmente.

El ministro del interior, Patricio Carrillo, en una rueda de prensa confirmó que el número de fallecidos es de 13 reos, sin embargo no descartó que puedan aparecer más cadáveres cuando se finalice la inspección total de la cárcel de Bellavista.

Además, informó que aún no existe una lista oficial de los PPL fallecidos. Algunos han sido identificados extraoficialmente.