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Los ladrones empujaron la vitrina del local y entraron a la fuerza. Uno de ellos tenía una pistola.CAPTURA DE VIDEO

Quito: Tras haber sido asaltado, dio con los ladrones por Facebook

El perjudicado de un robo en un taller de servicio técnico de celulares, en Cuendina de Amaguaña, hizo de detective hasta dar con los ladrones. 

Roberto no descansó hasta encontrar en redes sociales a los sujetos que lo asaltaron. Los rastreo con las imágenes del video de vigilancia de la cámara del local en el que trabaja. Esa pequeña papelería, que también funciona como taller para servicio técnico de celulares, fue el blanco de los pillos el pasado fin de semana.

Ocurrió en el barrio Cuendina de Amaguaña, en el suroriente de Quito, y la víctima del atraco se convirtió en detective hasta ubicarlos. Revisó cientos de perfiles de Facebook. Recuerda con claridad cómo lucían, qué ropa llevaban la tarde del robo y hasta su acento. Con esas características logró encontrarlos.

Dice que son dos extranjeros. Uno delgado y el otro de contextura ancha. Residen en el barrio Nueva Aurora, en el sur de Quito. Allí “les tienen miedo”, porque están implicados en varias riñas. Siempre van armados, revela.

Con foto en mano fue hasta la Fiscalía para poner una denuncia. “Me dijeron que no había turno hasta mediodía y que regresara, pero ya no podía porque debo ir a trabajar”, explicó. Sin embargo, volverá después a la dependencia judicial para asentar la querella.

CON PISTOLA EN MANO

El hecho ocurrió a las 17:50, en el sector de las Cuatro esquinas, una zona rural en la que se levantan pocos negocios. “Llegaron pidiendo una copia, pero empezaron a hablar por teléfono porque decían que aún no les traen el documento y que les esperara”.

Segundos después lo sometieron con un arma de fuego. “Era de verdad. Podía sentir el peso en mi cabeza. Así que colaboré”, rememora. En un par de minutos, los dos hombres tomaron seis celulares que estaban en servicio técnico y una computadora con la que trabajaba Roberto.

En el corto se ve a uno de los sujetos introduciendo las cajas de los teléfonos en el bordillo de su pantalón. Luego le empuja a la víctima hacía un lado del local y toma el ordenador. Salen de uno en uno y huyen del sector con un botín que, según el afectado, supera los mil dólares.

LAS SECUELAS

Aunque Roberto se siente afortunado porque no le “dispararon”, los nervios son parte de su día a día. No solo porque tendrá que responder a los dueños de los teléfonos móviles, sino también porque teme que los choros regresen, sobre todo ahora que se ha propuesto darles ‘caza’.

“Espero que con las fotos que saqué los encuentren y vayan presos. No es justo que anden sueltos por ahí haciendo daño a más gente”, cuestiona.

La familia de Roberto lo respalda, pero le pide que tenga cuidado. No quieren que se involucre en algo peligroso y que termine ‘mal parqueado’.