Como si se tratase de un filme de acción; con los movimientos y tiempos perfectamente calculados, unos 30 encapuchados llegaron por río y tierra para atacar a los trabajadores del Puerto Pesquero Artesanal de Esmeraldas, localizado en el barrio Las Palmas.

Quince sujetos habrían llegado por la desembocadura del río Esmeraldas a bordo de dos lanchas; otro grupo -en similar número- arribó en carros (tipo taxi). Ya juntos, dispararon contra los ‘camelladores’ del mar.

En menos de un minuto se oyeron más de 200 detonaciones de fusiles y otras armas largas. La brutal masacre perpetrada a las 09:00 del 11 de abril dejó nueve personas fallecidas y más de 12 heridos.

Según el ministro del Interior, Juan Zapata, de acuerdo a las versiones de los propios pescadores, el ataque se dio en represalia por el hecho de que quienes trabajan en el sitio prefirieron el resguardo de una banda organizada enemiga. Es decir, el trasfondo de todo sería una disputa por captar las famosas ‘vacunas’.

“Los indicios están claros. Las fuentes humanas consultadas nos dicen que ellos prefirieron la seguridad de un GDO (Grupo de Delincuencia Organizada) y en represalia de esto el otro GDO atacó, nunca fuimos alertados para tomar acciones”, aseguró Zapata.

Según las primeras pericias policiales, los criminales utilizaron armas tipo 9 milímetros y 223.

“Hay personas de más de 50 años de edad, jóvenes de no más de 20 o 23 años. Sin duda utilizaron armamento largo”, aseguró Rommel Villacís, jefe del Circuito Norte de la Policía de Esmeraldas.

A la hora del ataque había entre 1.500 y 2.000 personas dentro del puerto pesquero.

55 MINUTOS DE TERROR

Hasta el cierre de esta edición no se conocían las identidades de los fallecidos, pero una fuente policial confirmó que entre las víctimas mortales hay personas que laboraban como fileteadores de pescados, pescadores, comerciantes de mariscos, administradores y constructores de lanchas y ayudantes de bodegas.

Juan (nombre protegido) afirma que alistaba su embarcación para salir a pescar, cuando se dio la balacera, que duró unos 55 minutos, aproximadamente. “Parecían disparos de fusiles, se escucharon en todo el puerto”, dijo un pescador, quien se escondió en la bodega hasta que paró el tiroteo.

La Policía Nacional estima que el ataque fue minuciosamente planificado, ensayado y ejecutado por personas con algún tipo de preparación en asalto a instalaciones. Habrían participado al menos 30 personas, fuertemente armadas.

El comandante de la Zona Especial de Policía en Esmeraldas, el general Fausto Buenaño, considera que se trató de un atentado “para infundir miedo en la población”, por la forma indiscriminada y aleatoria a través de la cual escogieron a sus víctimas.

Inteligencia militar y policial desplegada por aire, mar y tierra busca al grupo de sanguinarios pistoleros que provocaron la masacre que enluta a familias de Esmeraldas y zonas aledañas.

Cinco de los nueve cuerpos sin vida quedaron tendidos cerca de las puertas de ingreso a las bodegas del Puerto.

Otros dos fueron rescatados del agua, cerca del muelle; al parecer fueron los primeros a quienes los gatilleros asesinaron al llegar al sitio.

Esos dos cadáveres fueron sacados del agua por amigos y pescadores del lugar, quienes se sumergieron hasta el fondo del brazo de mar para extraer los restos, debido a la ausencia de grupos especializados de buzos para que realicen esa labor.

Los otros dos cuerpos quedaron en el hospital.

"MATARON A MI MARIDO"

Los gritos desgarradores de una mujer en la escena del crimen, junto a la cinta de seguridad, fueron uno de los momentos más dolorosos de esta trágica mañana. “Mataron a mi marido”, expresaba entre sollozos la fémina, quien se enteró del hecho por redes sociales.

Llamó a su esposo, pero como no le contestaba se fue hasta el puerto, allí recibió la mala noticia: su pareja era uno de los fallecidos. Él se ganaba la vida fileteando y limpiando pescados.

ERAN MÁS 'MUÑECOS'

El ministro Zapata confirmó que en la escena de los crímenes, miembros de la Policía Nacional recogieron más de 200 indicios balísticos de armas de fuego de 9 milímetros y 223.

Según el funcionario, las consecuencias pudieron haber sido mayores si no hubiera intervenido un grupo de policías motorizados que patrullaba por la zona.

Los gendarmes con disparos hicieron retroceder a los despiadados pistoleros.

Luego se realizaron 60 allanamientos en distintos puntos de la ciudad de Esmeraldas para dar con aquellos que ejecutaron la masacre.

“Estamos en los sectores donde tienen presencia los GDO, que presumimos fueron los autores de los asesinatos, de acuerdo con inteligencia policial y militar”, concluyó Zapata.

En los lugares donde se realizaron los operativos solo se encontraron a niños y a mujeres.