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Judicial
Llamada que recibió agente de tránsito resultó mortal
A Jorge Mendonza Loor lo contactaron por teléfono antes de asesinarlo. El hombre, de 25 años, fue acribillado el sábado, en el norte de Guayaquil.
Después de cuatro años de servicio en la Autoridad de Tránsito y Movilidad (ATM) de Guayaquil y habiendo disfrutado de ser padre apenas algo más de un año, Jorge David Mendoza Loor murió sorpresivamente: a balazos, en la avenida Carlos Julio Arosemena, en el norte de la urbe.
Sus familiares aún no asimilan lo ocurrido. El domingo 22 de enero, a las 10:30, se encontraban fuera de la morgue policial, en la avenida Rodríguez Bonín, suroeste de la ciudad, esperando que les entreguen el cadáver del agente de tránsito para velarlo.
Por ahora, a más de su dolor, lidian con la duda de qué pudo haber detrás de su asesinato. Más aún tomando en cuenta que, en declaraciones respecto al caso, el teniente coronel Christian Rengifo, jefe del distrito Florida, indicó que no tienen indicios de que el crimen haya sido un robo.
“Como ellos (los agentes de tránsito) andan en la calle a diario, los amenazan”, dijo una de las allegadas, intentando adivinar una posible razón para el crimen del joven, de 25 años.
La muerte violenta se produjo pasadas las 20:00 del sábado, en la avenida Carlos Julio Arosemena, en sentido sur - norte, diagonal al colegio 28 de Mayo. Mendoza estaba a un lado de la vía y un sujeto desconocido se le acercó para propinarle dos tiros y luego huir.
“La herida fue en la cabeza”, comentó Rengifo. Añadió que, probablemente, el arma de fuego utilizada sería una semiautomática, calibre nueve milímetros.
La pariente refirió que el muchacho culminaba sus labores a las 22:00. Ayer también debía estar de turno, pero la maldad convertida en balas no le permitió cumplir la jornada.
“Él nunca estaba en un punto fijo, siempre lo rotaban. Él era motorizado, pero no sabemos si es que en el instante del asesinato dirigía el tránsito o qué realizaba”, dijo la señora.
De acuerdo con información policial a la que este Diario tuvo acceso, el agente, previo a la tragedia mortal, estaba tomando un café con un grupo de compañeros en un local del sector. En ese rato recibió una llamada telefónica y salió del negocio. Y precisamente en aquel momento fue que lo balearon, ocasionándole el fallecimiento instantáneo.
Al descartar el robo como probable razón para que hayan querido acabar con su vida, las investigaciones están encaminadas a determinar si pudo tratarse de una posible venganza por algún proceso relacionado a las infracciones de tránsito que le tocaba sancionar como parte de sus labores.
También se conoció que el involucrado en el hecho sangriento se habría llevado consigo el celular del difunto. Pero se cree que fue “directamente a buscar la muerte de la persona con el arma de fuego”, recalcó Rengifo, ratificando que un asalto no sería la causa.
Con una evidente nostalgia, su familia recordó que el chico hace poco había decidido estudiar Administración de Empresas, pues buscaba tener una profesión alterna a su función en la ATM. También tenía una hija, de un año y dos meses de edad.
Precisamente, compañeros de labores que tuvo en la institución de tránsito acompañaron a los deudos en los exteriores de la morgue, a realizar el trámite necesario para la entrega del cuerpo.