La investigación de un triple asesinato llevó a la detención de un hombre que es pieza clave en diferentes casos relacionados con muertes, tentativas de homicidios, tráfico de explosivos, de drogas, de armas y, entre otro de los hechos recientes, el acto terrorista que provocó la muerte de cinco personas y lesiones en más de veinte, la madrugada del domingo 14 de agosto, en el sector conocido como Calle 8, en el barrio Cristo del Consuelo, del sur de Guayaquil.

Se trata de Darío Arturo Chancay San Lucas, de 34 años, quien es conocido con el alias de Morado, según informó el comandante zonal de la Policía, general Víctor Zárate.

El individuo -de acuerdo a lo explicado por el oficial- registra siente antecedentes penales por diferentes delitos. Incluso, en la actualidad porta un grillete electrónico por una tentativa de asesinato múltiple, que habría cometido en abril, añadió el jefe zonal de la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida (Dinased), coronel Henry Herrera.

Morado fue detenido pasadas las 00:00 en una casa del suroeste porteño. Esa fue la tercera que los investigadores intervinieron en el suburbio, en búsqueda de pistas que les permitieran resolver el asesinato de una pareja y su hija, acontecido la noche del lunes en las calles 50 y Sedalana.

El primer inmueble allanado estuvo a pocos metros. Diferente al que dos días antes los agentes habían ‘visitado’ para decomisar una granada y detener a un hombre con su cónyuge.

Esta vez, los uniformados otra vez hallaron una granada, envolturas con diferentes drogas, cartuchos, una balanza y dinero. Luego en otra vivienda se encontraron evidencias similares y, finalmente, en la casa de Morado descubrieron un fusil, una pistola, municiones, una moto reportada como robada, una computadora portátil, dos tablets y tres teléfonos celulares.

En uno de estos dispositivos, en el sistema de mensajería WhatsApp, los especialistas hallaron textos que revelaban la presunta participación directa del sospechoso en el atentado del Cristo del Consuelo, pero no era lo único que había en su teléfono: también hablaba de muertes, tráfico de drogas, armas y hasta de los tanques de gas que la Policía decomisó la tarde del lunes en el sector El Fortín, que han sido denominados ‘piñatas’ explosivas.

Estos artefactos estaban cargados con dinamitas, pentolitas y mechas, para facilitar a los criminales el accionamiento.

En los mensajes de texto también se descubrió que los delincuentes tenían planes de llevar esos tanques con explosivos a las instalaciones del cuartel Modelo, ubicado en el norte porteño, para hacerlo ‘volar’, contó una fuente policial.

Otro oficial, bajo reserva, mencionó que al parecer el objetivo de los criminales era el área de detención transitoria de la Unidad de Vigilancia, pues en ese sitio permanecen miembros de agrupaciones delictivas en espera de ser llevados a sus audiencias.

Sin embargo, ninguna versión fue confirmada por el comandante zonal. Él, incluso, dijo en primera instancia que desconocía de esa situación. Luego precisó que se investigaría el asunto y, como medida de seguridad, se reforzarían los controles en las diferentes unidades policiales.