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Esmeraldas: secuestradores y secuestrados que se accidentaron resultaron ser presuntas 'fichas'
Según indagaciones de la Policía, entre los dos muertos en un choque de este martes, uno era un exmilitar dado de baja por supuesto narcotráfico; y uno de quienes lo llevaban plagiado, es un expolicía con los mismos antecedentes.
Un exmilitar es una de las dos personas fallecidas dentro de una camioneta Ford Explorer, color negro, que chocó la madrugada de este 31 de mayo con un bus interprovincial de la cooperativa Occidental, en la carretera Quinindé y La Independencia. Ambos estaban maniatados y con las bocas selladas con cinta de embalaje.
La Policía no ha confirmado la identidad del exmilitar, pero se conoce que en 2019 había sido procesado por narcotráfico, razón por la cual fue dado de baja de las Fuerzas Armadas. Al momento del accidente portaba una credencial falsa que lo identificaba como militar en servicio activo.
El otro fallecido también registra antecedentes por tráfico de drogas, según informó Javier Buitrón, comandante de la policía en Esmeraldas.
A los dos hombres los llevaban secuestrados. Eran llevados desde Esmeraldas hacia Quito, según las primeras investigaciones realizadas por la policía.
Buitrón mencionó que las víctimas no presentaban heridas de bala ni de armas cortopunzantes, pero tenían cubiertas sus bocas con cinta de embalaje y estaban maniatados con amarraderas plásticas de color blanco. Ellos habrían muerto producto del brutal choque que ocurrió en la carretera E20, que conecta Quinindé con Santo Domingo de los Tsáchilas.
Un policía retirado involucrado en el secuestro
Cuando miembros de la Policía Nacional llegaron al lugar del accidente, encontraron tendidos sobre la calzada a dos hombres heridos. Eran el conductor y el copiloto del carro negro.
Una vez realizadas las verificaciones, se descubrió que quien conducía la camioneta es un cabo de Policía en servicio pasivo, quien fue separado de la institución, acusado de narcotráfico.
Trataron de engañar a la Policía
El copiloto de la camioneta, en su afán de despistar a los gendarmes se identificó con los nombres de su hermano. Según Buitrón, en una de sus piernas tenía tatuado el logo de una organización criminal, aunque no quiso decir de cuál.
El hermano del copiloto también fue apresado para investigaciones la mañana de este martes en los exteriores del hospital del Sur, mientras averiguaba sobre el estado de salud de su familiar.
“Nosotros le hicimos seguimiento, lo abordamos y cuando le pedimos sus nombres nos dimos cuenta de que coincidían con los del herido, verificamos y nos dio los nombres verdaderos del hermano (herido). Y resulta que tiene antecedentes penales y tiene una boleta de captura por asesinato”, explicó Buitrón.
Según el comandante, había otro vehículo que iba custodiando a la camioneta negra donde iban los secuestrados. Uno de los ocupantes también era hermano del copiloto de la Ford 150. En su teléfono celular se encontraron imágenes de las personas que presuntamente estaban siendo secuestradas.
Allanamientos y más detenidos
Con los datos recabados y con la declaración del hermano del copiloto del carro negro, la Policía realizó allanamientos en el barrio Familias Unidas, en el sur de Esmeraldas.
Uno de los operativos se realizó en el domicilio del supervisor de la empresa de seguridad del hospital del Sur, quien resultó ser el padre de uno de los heridos involucrados en el accidente. Unos minutos antes del allanamiento, el supervisor había intentado entorpecer el trabajo de la Policía y de los medios de comunicación en dicha casa de salud. El detenido fue quien llevó a los policías hasta ese sitio.
Allí los uniformados incautaron un arma de fuego y detuvieron al supervisor de seguridad por tenencia ilegal de armas. Esta persona también tiene antecedentes penales y estuvo seis meses detenida por asesinato, según datos proporcionados por la policía.
Producto de esta operación, la Policía detuvo a cinco personas, tres de ellos de la misma familia. “Nadie es un angelito en este caso, todos son delincuentes”, enfatizó Buitrón.
Los operativos se extendieron incluso al cantón San Lorenzo, donde también hubo allanamientos.