Los restos de Eduardo Mendúa fueron retirados del Centro Forense de Lago Agrio, en Sucumbíos, y llevados hasta la comunidad a’i Dureno, para su velación. Un ataúd café contenía el cadáver del líder de relaciones internacionales de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), quien fue tiroteado en aquella localidad.

De forma preliminar se supo que le dispararon por cinco ocasiones, pero tres balazos habrían acabado con su vida: uno en la cabeza y dos en el tórax. Los causantes, según Juan Zapata, ministro del Interior, se movilizaban en una canoa.

A decir del funcionario, una de las razones del crimen sería la disputa dentro del territorio entre dirigentes. “Habría recibido amenazas. Esto se ratifica con cinco versiones dadas a la Fiscalía General del Estado (FGE)”, informó Zapata.

Asimismo, hubo incidentes por dichos desacuerdos antes del crimen, el cual se produjo a las 17:00 del pasado 26 de febrero.

Detenido

Zapata explicó que tras conocerse del hecho, se realizaron cuatro allanamientos en la zona durante la madrugada de ayer, en los que encontraron como evidencias la embarcación en la que se movilizaban los asesinos, cuatro escopetas de calibres 22 y 16, ocho cartuchos de calibres 16, 17 y 22, además de cuatro celulares.

Según el funcionario, la canoa incautada pertenece a David Criollo Quetama, quien fue aprehendido para indagar el crimen. La FGE informó que se tenía previsto realizar la audiencia en su contra.

Pero hasta el cierre de esta edición no se detalló si el sospechoso recibió o no prisión preventiva. Las autoridades también indicaron que se busca tanto a los autores intelectuales como materiales del asesinato de Mendúa.

El cuerpo del dirigente sería sepultado hoy 28 de febrero tras las exequias.