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Crónica roja
Crimen en iglesia de La Libertad: Niña se salvó de morir, su madre recibió los tiros por ella
La progenitora falleció en el atentado, que al parecer fue una represalia contra el agente que estaba en la misa. El policía habría ordenado un allanamiento, en un caso de droga
Eran las 19:15 del 10 de abril. Los feligreses de la iglesia Virgen del Cisne, del barrio General Enríquez Gallo, cantón La Libertad, entonaban el cántico que finalizaba la misa, para luego dar paso a la catequesis de la primera comunión.
La alabanza estuvo acompañada no de un instrumento musical, sino por las detonaciones de un arma similar a una metralleta, la cual fue disparada por un sujeto, quien se camufló entre los creyentes para acribillar a un policía (vestido de civil), dijeron testigos.
El padre Pedro García al ver el hecho se quedó estupefacto y empezó a orar. La gente gritaba y corría, trataba de ponerse a buen recaudo.
El gatillero le descargó varios disparos al sargento de policía Pablo Cifuentes (43 años), quien acudió a la misa con su esposa y dos hijos; ellos resultaron ilesos, pese a estar cerca del agente.
Quien no corrió con la misma suerte fue Jenny Quijije (41 años), quien estaba dos bancas más adelante de Cifuentes. La señora y su hija (8) participaban de la ceremonia religiosa y luego se iban a quedar para recibir la catequesis.
Ante el tiroteo dentro del templo, Jenny abrazó a la menor para protegerla de las balas, una le impactó en la espalda; la niña recibió un tiro en uno de sus brazos. Cifuentes y Quijije murieron en el acto. El párroco se acercó a los cuerpos para rezar por sus almas.
La esposa del gendarme no se desprendía del cadáver, lloraba, lo abrazaba, se cubría con su sangre.
La pareja de Jenny había salido a realizar unas compras y al regresar se topó con la escena de horror: su amada muerta y su hija, herida.
La pequeña se encuentra fuera de peligro, pero aún sus familiares no saben cómo contarle lo sucedido con su progenitora. Ella pregunta: "¿Dónde está mi mamá?".
Testigos sostienen que afuera de la iglesia un individuo en una moto esperaba al matón y huyeron con rumbo desconocido.
Las lágrimas de los devotos se derramaban en el templo, no pidiendo un milagro ni buscando el arrepentimiento, esta vez por el tiroteo, que según creyentes habría sido anticipado por el llanto de la Virgen María, el pasado Viernes Santo.
HIPÓTESIS: SERÍA UNA REPRESALIA
El coronel Juan Carlos Soria, jefe de la Policía en Santa Elena, señaló que el sargento Cifuentes laboraba como investigador en la Policía Judicial. Se presume que el crimen es una retaliación por un caso que indagaba.
“Laboró hasta las 18:00 del 10 de abril. Antes de participar en la reunión religiosa tramitó en la Fiscalía una orden de allanamiento, que debía cumplirse el 11 de abril (ayer), por un caso de droga. Esa es una de las hipótesis que tenemos”, dijo el oficial.
El sargento Cifuentes era conocido en el cantón La Libertad y fue en esta ciudad donde conoció a su esposa y formó su hogar.
Por su trabajo sirvió en otras urbes y hace dos meses regresó a la Península, luego de haber vivido en Guayaquil. “Estaba feliz de haber regresado a la provincia de Santa Elena, porque iba a estar más cerca de su familia”, contó entre sollozos un allegado.
El coronel ratificó que Jenny fue una víctima colateral del suceso.