Arrimaba la cabeza al poste. Casi no quería moverse. Luego, caminaba despacito y se lo notaba angustiado, por no saber cómo acabaría su desgracia. Esas fueron algunas de las tantas reacciones del ciudadano al que le pegaron explosivos al cuerpo con una cinta, en el norte del Puerto Principal.

El desafortunado hombre estaba junto a un poste, fuera del mercado de Sauces 9. A 120 metros de allí, quienes estaban ‘sapeando’ en la zona, detrás del cerco de protección que establecieron los agentes policiales, también se impacientaban al ver su desdicha.

El afectado, quien trabaja como guardia de seguridad para un local de venta de joyas del sector, vivió un calvario de tres horas, aunque oficialmente la alerta de su tragedia fue notificada a la Policía a las 08:00 y el retiro de la carga explosiva se concretó a las 10:15.

SECUESTRADO

El general William Villarroel, jefe policial de la Zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón), indicó que el celador habría sido retenido por unas personas, al parecer, el miércoles 30 de marzo de 2023.

En un video difundido en las redes sociales se observa ese momento. La filmación muestra al ciudadano caminando al costado de una calle, mientras a su lado se estaciona un carro oscuro. El guardia continuó su camino, pero fue interceptado por tres de los cuatro ocupantes del carro, quienes se bajaron para retenerlo, subirlo al automotor y llevárselo.

Villarroel comentó que el caso está en investigaciones y que unidades de Inteligencia de la Policía iniciaron la búsqueda de las personas que provocaron todo este suceso que alarmó a los 'guayacos'.

Lo cierto es que este jueves 30 de marzo de 2023 por la mañana, rápidamente empezaron a viralizarse en redes sociales fotos de la víctima con los objetos sospechosos pegados en el abdomen y en una pierna.

Lo primero que hicieron los uniformados que llegaron al sitio fue desalojar a los trabajadores y usuarios del mercado. Rápidamente, los negocios aledaños iban cerrando. Había incertidumbre por las consecuencias de tremendo acto de maldad.

De los 40 incidentes con explosivos que la Policía ha atendido hasta la presente fecha de 2023 en la Zona 8, el de este jueves fue el primero en el que elementos de este tipo fueron adheridos a una persona.

“¡POR FAVOR, MÁS ATRÁS!”

Las personas que se encontraban atrás del cerco se tomaban la cabeza con las manos, se cruzaban de brazos y se movían cerca de la cinta que bloqueaba el paso, para tratar de ver al hombre.

Primero, el paso fue cerrado en la esquina de las avenidas Antonio Parra Velasco y Enrique de Grau. Después, los policías hicieron retroceder a la muchedumbre prácticamente hasta el exterior de un gimnasio del lado de la Enrique de Grau, por lo que ya no veían a la víctima.

A pesar de la incomodidad de los presentes, los policías continuaron su ‘camello’. Casi cerca de las 09:00, arribó personal del Grupo de Intervención y Rescate (GIR). Uno de los agentes especializados, vestido con un traje verde que se utiliza en estos procedimientos, se acercó al ciudadano para iniciar el proceso de retiro del explosivo.

A las 09:35, un hombre y una mujer llegaron desde la Antonio Parra Velasco y fueron recibidos por una policía, quien los guio cerca del sitio en el que se encontraba el hombre, a una distancia prudente. Al parecer, eran familiares.

El nerviosismo se mantuvo hasta las 10:15, momento en que fue posible despojar al custodio de la carga sospechosa. “Pude conversar con el señor unos segundos, él estaba contento. Lo único que alcanzó a decir es ‘gracias’ y nos dimos la mano”, relató Villarroel sobre su breve charla con el ‘hombre bomba’.

La carga explosiva era de aproximadamente 1,5 kilos, según las autoridades

Según el teniente del GIR, Alex Mosquera, los victimarios le pusieron a a la víctima un artefacto que se componía de 14 cartuchos de explosivos, sumando un aproximado de 1,5 kilos.

“En caso de que hubiera explotado, de manera letal tendría un radio de 25-30 metros. De fragmentación se afectarían en un radio de 75-100 metros”, aseguró el teniente Mosquera.

También señaló que este dispositivo no se podía accionar mediante un control remoto sino por frecuencias que se emitirían por celular.