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Cayambe: Siete chicos se quedaron sin su madre
Una mujer dio a luz a su séptima hija en la casa, pero camino al hospital murió. Ahora, el padre de los chicos requiere ayuda urgente.
Sobre el féretro café de María Chulango había faldas y tarrinas con comida, objetos que la acompañarían en su sepulcro como parte de la tradición de la comunidad Hato, al oriente de Cayambe. Ayer, ella iba a ser enterrada luego de tres días de perder la vida después de dar a luz a su séptima hija.
Rafael Lanchimba, esposo de la fallecida, contó los momentos trágicos que tocaron a su puerta la madrugada del domingo. “Mi esposa sintió dolores a las cuatro de la mañana (de esa fecha). Me pidió que la llevara al baño y después de unos minutos regresamos a la cama”, detalló el hombre a EXTRA durante el funeral.
Ambos se acostaron y se durmieron, pero una hora más tarde volvió el dolor, con menos intensidad. “Era como si el cuerpo se le amortiguara. Y, asimismo, pidió que la llevara otra vez al baño”.
En ese momento llegó lo inesperado: María se levantó y dio a luz a una niña, quien cayó al piso súbitamente. Rafael sentó a su esposa y corrió a buscar una cobija para cubrir a la recién nacida.
Sin señal
Rafael contó que fue el partero de su esposa durante el nacimiento de sus otros seis hijos. Por eso su experiencia le dictaba que debía esperar media hora hasta que el cuerpo de María arrojara naturalmente la placenta, aunque eso no pasó.
Preocupado, el hombre intentó comunicarse con sus vecinos para que le alquilaran una camioneta. Sin embargo, se dio cuenta de que no tenía saldo ni tampoco mucha señal.
Pasaron cuatro horas hasta que logró contactarse con el número de emergencias, desde donde coordinaron el envío de una ambulancia. Hasta ese momento, María lucía estable, indicó su esposo.
“Ella estaba acostada en la camita. Cuando le dije que se alistara para irnos al hospital se asustó y dijo que ni muerta iría”. Al arribo de los paramédicos, la mujer, de 37 años, se desvaneció.
Rápidamente fue subida al vehículo de emergencia y Rafael la sostuvo en sus brazos. Pero cuando avanzaban hasta la casa de salud, María perdió la vida. “Por más que le pusieron oxígeno nada se pudo hacer”, lamentó.
Solidaridad
Pese a la tragedia, el único consuelo que tiene Rafael es que la pequeña nació sana. Y hasta que el hombre pueda reponerse de esta pérdida su vecina Blanca Pulamarín lo ayudará con el cuidado de la bebé.
“Me la dieron para que pueda atenderla. No es una tarea fácil, ya que toca darle de comer cada dos horas”, espetó la mujer, cargando a la recién nacida en su espalda.
Pareja de la fallecida
Sin embargo, aseguró que hace esto con toda la buena voluntad, lamentando lo ocurrido. “Siempre que mi vecino lo necesite estaré colaborando con mi familia”, indicó.
Rafael agradeció el apoyo, parado cerca del féretro de su amor, a quien conoció en su natal Pisambilla. “Siempre me he dedicado a cuidar ganado. Cuando decidimos formar un hogar le prometí que, con mi trabajo, velaría por ella y por nuestros hijos”, finalizó el residente.