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Farándula

Pamela Palacios además de la actuación, el modelaje es otra de sus pasiones.

Pamela Palacios, sobre los conflictos con su exesposo: “Es una campaña sucia y baja”

Pamela Palacios asegura que odia el escándalo y andar en dimes y diretes. Le gusta mantener la paz y armonía familiar

Si algo no le genera paz, lo hace a un lado. Con esta filosofía de vida, la actriz Pamela Palacios dice sentirse plena y enfocada en lo que realmente tiene valor: su familia y el trabajo. Aunque reconoce que este 2021 ha sido un año de duras pruebas y aprendizaje.

La conflictiva relación de su exesposo, Troi Alvarado, con los dos hijos que tuvieron en su matrimonio: Tábata, de 23 años, y Áxel, de 21, ha sido motivo de malos momentos.

Pamela, de 42 años, tiene dos hijos más: Marwin, de 3 años, y Dafne, de 1, con su actual pareja, el jugador Marwin Pita.

“Los pequeños vinieron a llenar de colores la vida, a transformarme nuevamente. Me gusta ser mamá, me gusta mi hogar y la familia que tengo”, declara.

Usted siempre dice que odia el escándalo, pero últimamente ha sido partícipe de algunos...

No me gusta andar en escándalos, sobre todo si son sin fundamento. Si bien es cierto lo que ha venido ocurriendo, ha sido una campaña sucia y baja, me tiene sin cuidado.

¿Qué dice sobre los mensajes en los que Arianna Mejía, pareja de Troi, reclama a su hija para que vaya a ver al papá al hospital?

Mis hijos son mi vida y siempre los voy a defender. Jamás voy a permitir que los toquen. Todo tiene una consecuencia, una acción y una reacción. Estoy asesorándome.

En entrevista con EXTRA, Troi dijo que sufre depresión por el abandono de los hijos y eso lo llevó a intentar suicidarse...

Está bastante grandecito para saber qué hacer con su vida. No se puede echar la culpa de lo que él haga por una acción de otra persona, para nada. No puede pedir que mis hijos se comporten como él quiere si su accionar no es bueno.

¿Cree que él permite los insultos hacia ustedes?

No tengo ni idea. Cuando lo dejé fue porque se habían agotado todos los recursos en la relación. Había cariño y respeto, por eso se manejaron las cosas con discreción. Pero de un tiempo acá no sé qué pasó.

¿Cómo se sienten los chicos?

Mis hijos están cansados de la actitud de él, de sus acciones, de lo que hace y deja de hacer respecto a ellos. Son adultos y ahora comprenden las cosas que pasaron antes, que no les cuadraban y que protegí mucho por el núcleo familiar.

Y usted, ¿Qué les dice?

Como madre estoy ahí para hacerles ver que él es su papá. Pero está en el accionar de ellos decir ‘no más’, y en eso no puedo obligarlos. Él dice que se arrepiente de mis hijos, pero ellos no tienen por qué ser producto de un momento de arrebato de él.

Cambiando de tema, ¿Cómo vive esta nueva etapa de tener hijos pequeños, cuando ya tiene dos adultos?

¡Lindo! Es hermoso cuando se tienen los hijos muy joven. En esa época estudiaba y trabajaba y los disfruta, pero no al máximo en sus tiempos. Ahora, con una carrera estable, con muchas cosas realizadas profesional y emocionalmente, tengo más tiempo para ellos.

¿Y con Marwin cómo van las cosas?

Es un excelente hombre. Con él no tengo ningún inconveniente. Estoy plena. Soy una mujer que me acuesto tranquila y me levanto tranquila, a menos que mis hijos no estén o un niño se enferme. De ahí, soy una mujer que se llena de paz y lo que no me genera paz se hace a un lado.

¿En lo profesional cómo se ha portado este año?

Bastante bien. Volví a escena con la obra ‘Hasta que un macho nos separe’, con Maricela Gómez e Hilda Saraguayo, que anteriormente estuvo dos años en cartelera. Ahora, estoy con ‘Ñengoza vs. Pelucona’, con Carlos Lira y Jomahira Ganchozo, en Toledo Café Teatro. Vamos a tener una temporada juntos.

¿Extrañaba hacer teatro?

El actor necesita tener sus tablas. El teatro es una experiencia totalmente diferente y emocionante por el contacto con el público y sus risas.

De todo lo actuado, ¿Qué es lo que más atesora?

Mis inicios con Oswaldo Segura fueron maravillosos. La época de Sholoman, Los duros del humor, Súbete a mi taxi, los recuerdo con cariño porque fue el comienzo de todo lo que vendría. Está Puro teatro que, definitivamente, me catapultó como profesional.

¿Puede decir que tiene una buena vida?

Estoy plena, la paz no tiene precio. Sin que suene ostentoso la verdad es que Dios ha sido muy bueno conmigo: familia, hijos, mi mamá, trabajo y el negocio de las pijamas con el que me va bastante bien. El respaldo de la gente en redes sociales es maravilloso. Estoy muy agradecida.