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Farándula
Omar Naranjo dejó la actuación: “No hice valer mis derechos”
Omar Naranjo tras un proceso de recuperación por drogas y alcohol, decidió ayudar a otros. Fue terapeuta y se certificó como coaching ontológico.
En 2010 fue la última vez que se lo vio en la pantalla. A partir de entonces, Omar Naranjo se alejó de la actuación porque sintió que no había propuestas en la televisión que valieran la pena.
El actor y cantante de 50 años declara a EXTRA que nunca se preocupó de que sus derechos sean valorados, por lo que cansado del “abuso” buscó otros rumbos. Se certificó como coach, pero su gran pasión: la música, esa nunca la dejó.
Sin avance
“La TV ecuatoriana se ha convertido en un reciclaje, del reciclaje, del reciclaje. No hay un avance, no hay propuestas interesantes que valgan la pena”.
Omar comenta que hace algún tiempo tuvo la oportunidad de hablar del tema en un canal, pero sus cuestionamientos no fueron bien recibidos.
“Decía: ‘¿por qué seguir pensando como un mercado chiquitito y no empezar a hacer producciones grandes?’”.
Añade que ya se veía que el futuro estaba en Internet y las plataformas digitales.
“Nunca se hizo algo para crecer. Cuando lo dije, casi me entierran vivo, me dijeron que estaba loco y opté por callarme”.
No se protegió
Acepta que pertenece a una generación de actores que no supo protegerse, pero también reconoce que mucho es su responsabilidad.
“Ya me conocían así: a él lo llamas, le pagas lo que sea y va a decir que sí. Nunca me preocupé por pelear mis derechos, por hacerlos valer, por eso todavía pasan programas en los que salgo y no me pagan ni un centavo de regalías”.
Una de esas - añade- que es Puerto Lucía, de 1996, que se la pasa en streamming en los Estados Unidos.
“Trabajaba en lo que me gustaba, me sentía cómodo hasta que me casé y tuve hijos. Ahí la película cambió”.
Fue entonces cuando decidió dar un giro a su vida. “Busqué otros aires, pero nunca dejé de cantar, pero también en la música nunca tuve la disciplina para hacer mi sustento de vida”.
En el coaching
En 2005 Omar Naranjo entró a un proceso de rehabilitación por consumo de drogas y alcohol. “Me interné cuatro meses y mi padrino me dijo que tenía que dejar de cantar por un año, necesitaba parar y así lo hice durante dos años”.
Recuerda que para devolver todo lo que recibió en su recuperación, aprendió y luego se convirtió en terapeuta sin ganar un centavo. “Ahí encontré que ayudar a otros me llenaba tanto como subir a un escenario a cantar”.
Así, en 2014 se certificó como coaching ontológico (rama de la filosofía metafísica), se graduó y siguió trabajando en la empresa como consultor externo.
“Por mi lado, abrí una consulta y atiendo particularmente. Mi esposa también se certificó y juntos estamos haciendo un curso de bioneuroemoción. En Instagram tenemos la página Juntoos.ec, donde damos mensajes y ayuda a las personas que lo requieren”.
En la música
Del arte, explica que lo apasiona la música, por eso ha seguido cantanto y ofreciendo conciertos.
"Siempre pensé que tenía una deuda con ese talento que Dios me dio, que es la voz, tengo que ser sincero la eduqué muy poco. Estaba en consumo y no tuve una constancia en seguir las clases con la profesora de canto".
El 5 de agosto Naranjo ofrecerá el show Piano Men, junto a la banda Ruta 80, en la sala experimental del Teatro Centro de Arte, de Guayaquil.