María del Cisne Montes se convirtió en reina de Guayaquil 2022, el pasado sábado. Con 23 años, siente un gran compromiso con la ciudad, por eso, pese a que no le gustan mucho los certámenes, quiso hacerlo, porque quiere retribuir algo de lo que le ha dado su tierra.

La comunicadora social sabe que no es fácil, pues el Puerto Principal está viviendo una ‘ola’ de violencia y delincuencia; sin embargo, para ella, los cambios deben darse desde la niñez, para así arrancar el problema desde la raíz.

Montes habla con EXTRA de sus proyectos, sueños y lo que representa la corona para ella...

En redes sociales destacaron su fluidez para responder la pregunta final de la gala.

Sí vi comentarios. La verdad, soy muy elocuente. Durante años pasaba leyendo en mi cuarto, por eso tengo esa facilidad (...) Mi último libro fue ‘Las chicas de alambre’, una novela del escritor español Jordi Sierra I Fabra.

Es comunicadora social, apunta a abrirse cancha en el medio...

Me gusta la radio. En mi habitación hago pódcast porque siento que es lo más parecido. Tengo un programa (Guayaquileñidad), que se inició durante mi tesis de grado. Es netamente sobre la ciudad, te recomiendo lugares a donde ir a comer, cangrejales y muchas cosas.

¿Qué tan ‘guayaca’ es?

Cuando es feriado debemos salir al Malecón con mi familia (...) Para mí, una mujer guayaquileña es la que come encebollado, que saluda desde la autoridad hasta al portero, es una mujer alegre, que todos los días se levanta a luchar por lo que quiere.

¿Qué significa ser la reina de la ciudad para usted?

Siempre fue mi sueño desde niña, sabía que podía lograrlo con mucha humildad. La corona es un símbolo del compromiso que tengo con mi ciudad. Esto es un enfoque para mí.

La ciudad está viviendo violencia y delincuencia, ¿qué opina al respecto?, ¿qué plantearía para erradicar este problema?

Es un tema netamente de las leyes y las autoridades. Como reina me enfocaría desde la niñez para que esto no se propague en nuevas generaciones. En los colegios y escuelas deben existir materias que hablen de la salud mental, incluir en sus mallas curriculares el desarrollo integral de niños y adolescentes. Es un tema de educación porque todo parte de la niñez.

¿Piensa que Guayaquil podría convertirse en el ejemplo de otras ciudades del país?

Lo es. Mi ciudad tiene muchos aspectos positivos que vale rescatar. Es una fuente económica, gastronómica y turística.

¿Apunta al Miss Ecuador?

No descarto nada, pero lo que me movió a meterme en un reinado -porque no me atraen mucho- es Guayaquil, porque soy fanática de mi ciudad y quería representarla.

Cada concursante tenía un proyecto social, ¿en qué se basa el suyo?

Ahora como reina tengo a ‘Renacer’, que se basa en la salud mental. Pero tengo otro personal y es ‘Perlas de vida’, el cual busca brindar ayuda a las madres que son dadas de alta después de dar a luz a sus bebés prematuros.

Papá esmeraldeño y mamá milagreña...

Una vez cuando era niña mi hermano me dijo que no iba a ser reina porque era negrita, ahora se ríe de eso. En mi etapa de adolescente me alisé el cabello, pero me pasó factura porque se me maltrató mucho. Me tomó cuatro años recuperarlo y aprendí que ser natural es lo mejor. No se dejen llevar por estándares y estereotipos.