Aunque ya había sido proclamado ganador y tenía el trofeo y el cheque con los 20 mil dólares en sus manos, Leonardo Escalante, ganador de la sexta temporada del reality Yo me llamo, con su imitación del divo mexicano Juan Gabriel, seguía repitiendo que no lo podía creer.

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"Yo nunca he ganado nada, es más ni siquiera creí que sería parte del casting. Le pedí mucho a Dios y si era su voluntad que yo gane que así sea, todo se lo debo a Dios", indicó a EXTRA el Juan Gabriel ecuatoriano.

Con 37 años y un gran parecido a l intérprete mexicano, Leonardo confiesa que desde temprana edad le tocó enfrentar los desafíos de la vida en su natal Ambato, donde trabajaba en las ferias junto a sus hermanos para ganarse la vida.

"Fue muy difícil, en las feria vendía ropa, también fui zapatero y pintor. Desde niño fui comerciante, y no se, por la forma que tengo de ser la gente nos compraba lo que vendíamos".

Pese a que le tocó luchar por salir adelante desde temprana edad, la música cuenta que siempre fue su mejor aliada.

"Canto desde los 9 años, mi papá fue mi mayor motivador, él era músico y me gustaba verlo cantar y darle serenatas a mi madre. Yo aprendí a cantar escuchando los discos del Ruiseñor de América, Julio Jaramillo", recuerda.

Y es precisamente a JJ a quien empezó imitando, pero a los 15 años le comenzaron a decir que se parecía a Juan Gabriel y decidió interpretar sus canciones.

"Lo comencé imitar, a ver sus gestos y la forma como se paraba en un escenario, como interactuaba con el público . A él le agradezco que haya nacido y que haya escrito tan hermosas canciones".

Fue a partir de entonces, que se unió a un mariachi en el que la hermana del dueño lo motivó a imitar a Juan Gabriel. " A partir de entonces me dediqué por completo a la música, a imitar a Juan Gabriel. ya ganaba mi dinerito y empecé a ahorrar hasta llegar a tener mi propio mariachi".

Escalante forma parte del mariachi Azteca y cuenta también con uno propio, al que denominó Juan Gabriel, el nombre de su querido ídolo.

Con humildad indica que él nunca pensó en el dinero ni en la camioneta que ganó en el reality, sino que siempre soñó con tener en sus mano el trofeo de triunfador del programa.

"Gracias a Dios que me ha querido regalar todos esos premios pero yo estoy más contento con el trofeo. Primera vez que gano algo en mi vida, primera vez que quedo primero en algo. Más allá del premio, que Dios me lo puede dar con trabajo, pero la bendición de haber ganado, me deja sin palabras". 

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