La voz del locutor Galo Pérez seduce a sus seguidores, pero más que el tono que emplea detrás del micrófono es el mensaje el que convence al público, asegura.

Lleva cuatro años en radio La Bruja, pero son más de dos décadas las que ha permanecido en medios de comunicación. Y aunque es un amante de su trabajo, ‘bajo la manga’ tiene ocultas otras habilidades.

Pérez es músico, actor, orador y hasta tiene un emprendimiento de cannabis medicinal. Pronto abrirá un local en Quito.

En la cabina prefiere no sentarse. Dice que así canaliza toda la energía que quiere transmitir al aire. Y con esa fórmula los piropos y las propuestas no le faltan.

“Me llega de todo, en realidad. Me invitan un café, me dicen que con mi voz de la radio diga alguna frase o que solo por mí madrugan... y bueno, también cosas más densas”, revela.

Pero para el locutor esos mensajes subiditos de tono no significan tanto como aquellos en los que siente que está aportando a sus oyentes.

“Me agradecen y me dicen que han salido de una depresión por mis programas”, añade el comunicador.

A las 11:00 sale de la radio y ‘vuela’ a su oficina, en donde organiza los pendientes de su agencia de comunicación. También la escuela para humanos que creó hace poco. “Les enseño comunicación asertiva”, explica.

En la noche

Después de un día de micrófono, documentos y estrategias de marketing, en la noche se transforma en un actor. Hoy, el teatro Victoria, en el norte de Quito, es su hogar. Allí, junto a sus colegas ensayan y presentan la obra ‘El Penúltimo, un musical no apto para tu ex’.

Pero este no fue su debut en el teatro. Hace seis años, Pérez tuvo siete papeles en la obra ‘Sherk, el musical’. Empezó siendo el espejo mágico.

“Aún sigo sintiendo nervios, pero me ha ido bien”, describe.

Ahora, hasta se construyen personajes inspirados en él. El escritor Juan Pablo Acosta lo llamó para sumarse a la puesta en escena que inició su temporada en ese centro cultural. “Yo lo decreté un uno de enero y lo cumplí… Cuando estoy en tantas cosas me doy cuenta que, a veces, buscamos pretextos y decimos no se puede, pero sí se puede. En los últimas tres semanas he dormido menos de 3 horas diarias, pero no me quejo, para mí esto es bien bacán”, expresa.

Y mientras sigue explotando sus talentos, Pérez asegura que no pierde esa motivación de aprender cosas nuevas...