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Farándula
'Cristo del Consuelo', el videoclip que se grabó con permiso de la Iglesia y un GDO
Con son cubano, los guayaquileños Timbasulum y Frank Mestizo retratan la violencia en Guayaquil a través de una canción
En plena fiesta de Guayaquil, los artistas Timbasulum y Frank Mestizo estrenaron su más reciente creación, una canción que no solo lleva el nombre del conocido Cristo del Consuelo, sino que encarna la realidad cruda y desgarradora que atraviesa el Puerto Principal, y en general Ecuador, en momentos de inestabilidad política y violencia desmedida.
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‘Cristo del Consuelo’ es más que una canción, es una crónica sonora de la decadencia social, la inseguridad y la desesperanza que se han tomado las calles de la ciudad. Este tema fusiona el inconfundible son cubano con sonidos característicos del Ecuador, creando una mezcla que invita a reflexionar y, al mismo tiempo, a bailar.
El video musical, filmado en la icónica iglesia del Cristo del Consuelo y en las calles que la rodean, nos ofrece un recorrido visual por los espacios donde se siente el pulso de la urbe porteña.
Las escenas de niños riendo y ‘peloteando’ buscan contrastar su inocente alegría con la tensión palpable de la vida cotidiana en zonas afectadas por la violencia.
Rodar este video musical no fue nada fácil. “Para grabar en esos lugares, tuvimos que hablar tanto con las bandas locales como con la policía. ¡Una locura! Así como todo lo que acontece en la ciudad de los locos, Guayaquil”, contaron los artistas, reflejando la complejidad de rodar un video en una ciudad donde se ha normalizado que las mafias tengan el control de ciertos lugares.
Un pillo que ora por su ciudad
La canción es también un homenaje a los “invisibles”, aquellos que, como dicen Timbasulum y Frank Mestizo, han perdido su carácter de individuos “en los censos y en la mirada de un Estado fallido”.
Es por ello que ‘Cristo del Consuelo’ cuenta la historia de un PPL (persona privada de libertad) que “sabe que la tiene perdida”, alguien que fue empujado al mundo del crimen por la falta de oportunidades, la inmoralidad y la necesidad. Un hombre que, al perder su libertad, se encuentra en una encrucijada, buscando redención con lo espiritual no para él mismo, sino para su Guayaquil herida.
“Es un tema de carácter social que lleva como elementos fundamentales los sonidos peculiares de nuestra tierra, sin dejar de lado el groove popular del son cubano”, explicaron los artistas guayacos.
“Oye, bendice a mi pueblo. Los ‘ecuas’ merecemos paz, queremos paz, mi querido Cristo del Consuelo”, canta Timbasulum en una parte de la canción, mientras eleva su noble pedido al cielo.
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