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Farándula
Las cenizas de Fresia Saavedra estuvieron en La Catedral Metropolitana de Guayaquil
Tras la emotiva ceremonia, Hilda Murillo llevó las cenizas de su madre a casa, luego serán depositadas en un nicho apropiado
Las cenizas de la cantante Fresia Saavedra estuvieron, este 22 de julio, en La Catedral Metropolitana de Guayaquil, ubicada en Chimborazo y Diez de Agosto. Se realizó una misa en su memoria, luego de que falleció a sus 90 años, el pasado 18 del presente mes.
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Al lado de la urna, una foto de Saavedra recordaba su legado y su impacto en el mundo de la música. Entre los presentes se encontraba su hija, Hilda Murillo, acompañada de familiares, amigos y colegas, como la reconocida cantante La Vivi Parra. Todos se reunieron para pedir a Dios por el descanso eterno de la llamada 'Señora del Pasillo'.
Una misa por su eterno descanso
El homenaje fue especialmente conmovedor con la presencia de los alumnos de la Escuela del Pasillo Nicasio Safadi, quienes interpretaron el tema 'Señora del Pasillo', de Luis Padilla, al final de la misa.
Tras la emotiva ceremonia,Murillo llevó las cenizas de su madre a casa, mientras realiza los trámites necesarios para que sean depositadas en un nicho adecuado, asegurando así que el legado de Fresia continúe vivo en el corazón de quienes la admiraron y la conocieron.
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Este homenaje fue un recordatorio del profundo impacto que Saavedra tuvo en la música y en la vida de todos aquellos que tuvieron el privilegio de conocerla y aprender de ella. Su voz y su legado perdurarán por siempre en el mundo del pasillo ecuatoriano.
¿Quién fue Fresia Saavedra?
La Señora del Pasillo o la Reina del Pasillo, como la llamaban. Nacida el 8 de septiembre de 1933, en Guayaquil, Fresia Saavedra se inició en la música desde muy pequeña y a los 5 años de edad ya cantaba en eventos escolares, familiares y de su barriada.
Su inclinación por la música nació de tanto escuchar los tangos y pasillos que su mamá solía escuchar en su casa, según recuerdos que ella contó hace algún tiempo. Antes de los 12 años comenzó a participar en programas infantiles que para entonces programaban en emisoras de Guayaquil, como Radio América.
Poco a poco fue desarrollando su voz con el estillo único que tenía hacia el pasillo. Años después formó, junto a Blanca Palomeque, el dúo Las Porteñitas y más tarde el dúo Saavedra-Mendoza con la recordada Maruja Mendoza, otra de las grandes voces de la música ecuatoriana, con quien cosechó muchos éxitos en su carrera.
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