Una cartera es una joya. Incluso puede ser considerada una inversión, ya que mientras más cara y ‘vintage’ es (apariencia de algo antiguo), se cotizará mucho mejor. Claro, siempre y cuando esté en buenas condiciones. Existen locales de segunda mano que se dedican a la compra y venta de estos artículos, aunque no todos tienen acceso a ellos.

Para ser catalogada de alta gama, la cartera debe reunir varias características, por ejemplo, estar confeccionada con excelentes materiales, como cuero de alta calidad, metales o piedras preciosas. Lo antes mencionado no solo le garantiza durabilidad y años de ‘vida’, sino que además justifica su alto precio, que en muchos casos, dependiendo de la casa que la elabore, puede superar fácilmente los 10.000 dólares. El lujo está en los detalles y acabados.

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En nuestro medio, son muy pocos los famosos que pueden darse el lujo de tener una cartera de este tipo. La panelista de farándula Conny Garcés menciona que tiene una pequeña colección de ellas. La más cara es una mini Lady Dior, cuyo precio aproximado es de 6.000 dólares o más, y que prefiere no mostrar.

“En mi pequeña colección tengo Prada, Dior, Fendi, Versace, entre otras. Pero aún no tengo Chanel ni Hermès, aunque sí tengo accesorios de esas marcas. Amo las carteras, sean o no de diseñador. Es un accesorio infaltable dentro del clóset de una mujer, que eleva cualquier outfit (atuendo). Me gusta invertir en una buena cartera, porque de esta manera duran muchísimo”, sostiene Garcés.

LAS ‘USADITAS’

El diseñador y creativo Agustín Silva, conocedor de carteras de lujo, asegura que en muchas partes del mundo ha crecido un mercado de las llamadas ‘preloved’ (aquellas de segunda mano, pero en perfectas condiciones), que ha experimentado un furor en los últimos 40 años. En Guayaquil, existen muy pocos de estos sitios, apenas dos o tres, y se abrieron no hace más de tres años. 

“De hecho, ahora puedes comprar carteras usadas en páginas web que te avalan que son originales. Al no saber dónde comprarlas, podrías estar adquiriendo una copia”, explica Silva. Agrega que, en nuestro medio, es muy difícil conseguir estas carteras, ya que suelen ser extremadamente caras. Sin embargo, algunas tiendas de segunda mano las ofertan. “Si quieres comprar alguna de estas piezas, lo puedes hacer, ya que muchas veces son de personas que las han tenido guardadas como tesoros, pero por diversas razones han decidido venderlas”, comenta.

UNA INVERSIÓN MÁS QUE LUJO

La periodista Silvana Torres confiesa que ama las carteras del diseñador Marc Jacobs, una marca reconocida y popular. Tiene varias en su colección, y lo más caro que ha pagado por uno de estos accesorios ha sido 350 dólares. Sin embargo, espera tener algún día una Hermès o Chanel. “Si algún día se presenta la oportunidad, me gustaría que mi primera cartera de lujo fuera una Chanel, una clásica Donna 2.55 o una Classic Flap, que son de las más cotizadas”, menciona.

“La gente piensa que es solo un lujo, pero tener una cartera de estas es en realidad una inversión”, asegura ‘La Veneno’, quien se apasiona por hablar de carteras y dice conocer bien sus historias. Otra marca que algún día quisiera tener en su clóset es una Birkin de Hermès, aunque la ve como una meta algo lejana. “Puedes tener todo el dinero del mundo, pero si no creas una alianza con la marca, no te la van a vender. Esa casa es extremadamente exclusiva”, indica.

LA CHANEL DE ÉRIKA

La casa Chanel tiene una base de carteras clásicas. Una de ellas fue la que compró, meses atrás, la actriz Érika Vélez, junto a otras de alta gama. Una Chanel white caviar clásica valorada en 12.000 dólares. Según Fiorella Solines, experta en moda, cuando compras una cartera de marcas como Hermès o Chanel, esta ya ha ganado valor.

“La Hermès es mucho más que Chanel. Se ha vuelto supremamente exclusiva, pero más allá de eso, las marcas de lujo siempre las vas a poder revender. Siempre ganarás más. Es todo un negocio”, detalla Solines.

El tamaño también influye en el precio. Cuando son más pequeñas, advierte Silva, son mucho más caras, debido al nivel de trabajo y detalles involucrados. “Una Kelly pequeña te puede costar entre 13.000 y 20.000 dólares. Depende del metal, del diseño y la calidad del cuero”. Una billetera Chanel clásica, en tiendas de segunda mano, se puede encontrar por alrededor de 1.100 dólares.

LAS COTIZADAS

Otra cartera bien cotizada es la clásica Lady Dior. Fue creada por Gian Franco Ferré. Originalmente se llamó ChouChou. “Pero al ver que Lady Di la usaba frecuentemente, le cambiaron el nombre por Lady Dior. En Dior, es una de las carteras más caras en versión vintage”, comenta el diseñador.

Tiempo atrás, se consideraba antigua a una cartera con más de 80 años de antigüedad, pero en la actualidad, si tiene dos décadas o más, ya es considerada ‘vintage’. Para que una cartera pueda ser vendida, necesita estar en buenas condiciones e ir acompañada de su funda de tela o guardapolvos. También debe portar su tarjeta de autenticidad, para garantizar su originalidad. 

“Hay quienes no tienen todo eso, pero igual las venden. Las carteras deben estar en buen estado. Es importante revisar que las esquinas no estén dobladas, que la parte de abajo y los herrajes no estén rayados. Hay gente cuidadosa que protege sus carteras caras y, al momento de venderlas, son muy bien recibidas”, comenta Silva.

VISIÓN E INVERSIÓN

Hay abuelitas que tienen sus carteras y las heredan a sus hijas y nietas. Van de generación en generación. Duran toda la vida. Las carteras buenas se revalorizan. Aunque a nivel local el mercado de la compra y venta de estos accesorios aún es reciente, existen tiendas de segunda mano que las comercializan.

Por ejemplo, si un bolso Louis Vuitton estilo Neverfull cuesta en el mercado 2.400 dólares, en una tienda de segunda mano puede estar por 1.400 o 1.600. Hay piezas que se encuentran en mercados secundarios o de segunda mano porque las casas las sacan del mercado y no las vuelven a crear.

“Aunque no lo crean, el tema de las carteras es un buen negocio. Mi esposo es un hombre de números y cuando le conté, se quedó sorprendido, porque es una inversión. Si no tienes dinero, la vendes y sales del apuro”, sugiere la asesora de imagen. La venta depende del motivo, pero puede ser por necesidad.

Las personas con visión compran carteras de lujo como forma de guardar su dinero. Algunos las cuidan tanto que las guardan en condiciones especiales, con aire acondicionado, para que mantengan su forma. Les ponen toallas, lo que evita que la pieza se dañe.

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