“Una madre conoce a sus hijos. Cuando me llamó y le escuché la voz, enseguida supe que algo sucedía. Le pregunté: ‘¿Qué pasó?’. Ella se quedó muda por unos instantes y me respondió: ‘Mamá, se me murió el ‘Negro’... y también Mateo’”.

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El Negro era Elvis Mayrongo Angulo, de 29 años, ecuatoriano que el 16 de junio de 2024, luego de festejar el Día del Padre junto a sus seres queridos, partió acompañado de su esposa Julissa Cetre, sus hijos Zidane (5 años) y Mateo (1 año), y su hermano Joel (30), por vía terrestre hacia Estados Unidos, persiguiendo el ‘Sueño Americano’.

Llegar desde Ecuador hasta Estados Unidos es una travesía de más de 4.000 kilómetros, atravesando selvas, calurosos desiertos, soportando frío y peligrosas áreas urbanas de siete países de Sudamérica y Centroamérica (Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Guatemala y México), todo esto solo para llegar al desafío final: la fortificada y letal frontera ‘gringa’.

Sin embargo, la desventura se les cruzó varias veces en el camino durante la peligrosa odisea, que otros muchos también se arriesgan a emprender por necesidad económica o por la tenaz inseguridad que no para de desangrar al país, hasta que cobró la vida de dos de ellos en un trágico accidente el pasado viernes 3 de enero de 2025.

Sobrevivían el peligroso viaje como podían

Quien empieza a narrar la desgracia es doña Martha Cortez, madre de Julissa, pareja del fallecido. Contó que luego de superar el impacto de la noticia, le preguntó alterada qué había pasado y, ahogada en llanto, su hija le contó lo ocurrido.

“Me dijo que estaban subidos en el techo de un tren (en la localidad de Torreón, en el estado de Coahuila, a menos de 900 kilómetros de los límites con Estados Unidos). Querían avanzar hacia la frontera cuando llegó migración. Empezaron a gritar: ‘¡Migración, Migración!’ y, para huir, para que no los capturen, iban a saltar, pero al parecer Elvis se resbaló y cayó en los rieles del tren”.

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El medio de comunicación mexicano Milenio describió en una nota periodística sobre el accidente que el hecho se reportó a las 06:47 del viernes 3 de enero de 2025 y que un migrante fue quien alertó al personal de seguridad de la empresa de ferrocarriles que alguien había caído del tren con un bebé en brazos.

El artículo también aseguraba que los cuerpos de Elvis y Mateo habían sido llevados al Servicio Médico Forense de la localidad y que permanecerían en el anfiteatro a la espera de un familiar que reclame los cuerpos y realice los respectivos trámites para su repatriación.

México fue su calvario

Pero este solo fue el desenlace del cruento y accidentado periplo de más de seis meses en el que, según retratan sus familiares, sus allegados se vieron en peligro inminente de muerte en más de una ocasión.

Doña Sandra Angulo, madre de Elvis, recuerda que primero tuvieron que atravesar la Selva del Darién, ubicada en los límites entre Colombia y Panamá, y plagada de bandas criminales, coyoteros (traficantes de personas) y células de cárteles de drogas, que no dudan en extorsionar, asaltar, secuestrar, matar y violar a los migrantes.

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“Cuando se comunicaba (por mensajes y notas de voz de WhatsApp), me decía que eso era una pesadilla, que era jodido, que había pasado cosas horrorosas que ni se atrevía a contarme, aunque igual así siguieron avanzando y lo lograron.

Su verdadero calvario fue México. Ahí sí, la gente era mala, como estamos (el Gobierno ecuatoriano) peleados con (el Gobierno de) México, decía que los trataban de lo peor; además, decía que es bien peligroso. A ellos los secuestraron apenas habían cruzado la frontera de México (con Guatemala)”, recordó con tristeza.

Elvis y sus cuatro familiares se subieron a una kombi (furgoneta) que prometió llevarlos un largo tramo de su viaje sin peligro de que los agentes de migración mexicanos los detengan y deporten; sin embargo, terminaron siendo secuestrados por los coyoteros, que los llevaron a una finca y llamaron a sus familiares para exigir rescate.

“Llamaron y pedían 75 dólares por cada uno y que si no pagábamos el mismo día, el valor subía al doble. Se prestó y se consiguió el dinero, se pagó y los liberaron”, rememoró doña Martha sobre ese pasaje del cruento trajinar hacia la ‘tierra prometida’.

Lío diplomático dificulta la repatriación de los cuerpos

Ahora Julissa se encuentra varada en tierra hostil, indocumentada y sin dinero, pero con la determinación de traer de vuelta los restos de su esposo e hijo para poder darles su debida sepultura.

Desafortunadamente, las relaciones entre Ecuador y México están interrumpidas debido al escándalo diplomático de escala internacional que ocasionó el asalto a la embajada de México en Quito, ordenada por el presidente Daniel Noboa el pasado 5 de abril de 2024, para arrestar al exvicepresidente Jorge Glas.

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Debido a esto, la Embajada de México en Ecuador cesó sus actividades, y para hacer los trámites de repatriación de Elvis y Mateo, los familiares deben acudir a la embajada mexicana en un país vecino, siendo el más conveniente Colombia, para posteriormente traer los cuerpos a Ecuador. Esto imposibilita a las familias realizar las diligencias, pues son de escasos recursos económicos y no pueden costear el viaje, estadía ni los costos del traslado de los cuerpos.

Suplican ayuda al Presidente y a las autoridades migratorias

“Mi hija está en una situación horrible, en un refugio sobreviviendo, suplicando al presidente y al amor de Cristo que le ayuden a traer el cuerpo de su marido y de su hijo. Yo sufro como abuela (la muerte de su nieto), pero ella sufre como mujer y como madre. No puedo imaginar el dolor de ella”, dijo doña Martha sobre la situación migratoria de su hija y los trámites para traer los restos de su esposo e hijo.

En cambio, en la voz de Sandra, quien tiene un pequeño comedor en la cooperativa Patria Nueva (vía Perimetral, sur de Guayaquil) que solía atender junto a Elvis, resuena la indignación en cada palabra que emite, porque considera que fue la inseguridad en el país la que arrastró a su hijo hacia su fatal destino.

“Aquí no se puede vivir porque uno no puede tener nada, porque si tienes te matan y si no tienes también. Ahora solo le pido al presidente que me ayude a traer a mi hijo. Lo quiero enterrar, es lo único que me queda por hacer”.

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