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Farándula
Carlos Cabral: ¡Metal para todos!
Llegó a Ecuador con un show acústico y se espera que dé clases de música a comunidades de Saraguro. Le apuesta a la temática con corte social.
Desde su llegada a Ecuador ha sentido el cariño del público, igual que tuvo cuando vino con su antigua banda Tren Loco. Carlos Cabral ahora se presenta como solista y más cercano a las comunidades indígenas de Sudamérica.
Con su último álbum Luchando por la Libertad hace un homenaje a las poblaciones originarias de su natal Argentina, sobre todo a las ubicadas en la región de El Chaco.
Pero eso no es todo, este metalero le apuesta también al acercamiento pedagógico a través de la música y en Ecuador serían las comunidades de Saraguro, en la provincia de Loja, las primeras en ser parte.
“En una de las entrevistas ya me propusieron que dé clases en esa región. Yo encantado”, dijo el artista.
Esto podría ser luego del mes de mayo cuando hará el lanzamiento oficial de su segundo disco sin su banda Tren Loco.
La música como herramienta
Las poblaciones indígenas en El Chaco, además de inspirar varias canciones del nuevo disco, también han recibido clases con él.
“El metal y el folclore van de la mano. La música no puede ser algo que enfrente, sino que una”, agregó el argentino.
Es por eso que le apuesta al ‘cabeceo’ sobre todo en poblaciones que según él han sido maltratadas a lo largo de la historia. “Hay algunos que han sobrevivido al despojo de tierras, la desigualdad, el abuso”, explicó.
Allí las clases fueron con acordes en la guitarra y el piano. Los chicos se emocionaron y también compartieron sus conocimientos sobre ritmos ancestrales con el metalero.
En el disco se pueden escuchar las voces de los comuneros de esa región. Relató que fueron grabadas en vivo, pues luego de las jornadas educativas y un concierto metalero, los habitantes empezaron a bailar para festejar.
“Fue algo maravilloso, por eso abren el disco. También estarán en el lanzamiento en Buenos Aires”, dijo.
Sus letras también le apuntan a la crítica social, la pandemia por la COVID-19, la impunidad, la injusticia, y claro, sobre el amor.
“Cuento la historia de amor entre dos roqueros a través del tiempo y sus hijos”, contó.
Fans ecuatorianos
Esta no es la primera vez que está por el país. Hace 20 años ya estuvo por la capital y cuenta que no se esperaba que ese primer concierto convocara a 2.500 personas.
“Cuando salíamos del hotel pensamos que la gente que estaba en la calle estaba viendo algún partido de fútbol. Pero era por nosotros”, aseguró emocionado.
Dijo ser también fan de la comida ecuatoriana. “Cuando llegué esta vez me comí un arroz con pollo buenísimo”, dijo.
Se trataba de un seco de pollo que se repitió. Luego “alucinó” con una buena chugchucara. “La mezcla estaba repotente, ojalá pudiera comer así en Argentina. No estaría tan flaco”, bromeó.
En los shows que se prevén para el fin de semana sonarán las nuevas canciones de su proyecto actual, sin dejar de lado los clásicos de Tren Loco. Uno de los conciertos estaba previsto para la noche del 2 de marzo en Quitumbe, sur de Quito. Y el sábado en Atuntaqui, junto a la banda cuencana Basca.