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Farándula
Cantante mexicano volverá a Ecuador por el encebollado
Lleva cuatro meses recorriendo Latinoamérica en busca de que alguien lo ‘lance’ al estrellato. Pasó por Ecuador con el auto prestado y su guitarra.
Con 28 años, Álex Moreno decidió dejarlo todo para perseguir su sueño: ser un artista reconocido internacionalmente. Tenía su vida resuelta en Chihuahua, México. Era trabajador financiero, pero renunció.
A su paso por Ecuador le contó a EXTRA que decidió conducir por Latinoamérica para promocionarse y encontrar un productor que lo ‘lance’ al estrellato. “Subí canciones a Spotify, pero luego vi que al día se suben como 20.000 y así es difícil ser escuchado”, comentó.
Mientras estuvo en el país, Álex visitó ciudades como Quito y Guayaquil, en donde conoció algo de las tradiciones ecuatorianas. Quedó maravillado con el encebollado, plato típico que no había conocido. Además, destacó la calidez de la gente. “En todos los países han sido amables, pero los ecuatorianos son fuera de lo normal”, aseguró.
Al preguntarle sobre las mujeres ‘ecuas’ el artista se ‘hizo el loco’ y dijo que estaba felizmente casado.
Una de las anécdotas que recuerda es que en Quito se subió a un Uber y olvidó su celular. No lo pudo recuperar.
Difícil camino
Luego de renunciar a su trabajo viajó a Estados Unidos y se dedicó a cantar en el metro. Poco a poco se abrió paso en bares y discotecas, pero no era suficiente. “Regresé a Chihuahua y le pedí prestado el carro a mi mamá”, recuerda.
Así, llevando consigo su guitarra, se aventuró a cruzar las fronteras en busca de darse a conocer. Ya ha pasado por Panamá, Colombia, Argentina, Perú, Nicaragua yEcuador.
En el automotor tiene las banderas de los países que ha visitado y en una esquina un sticker: “Gracias, mamá”, pues ella y su esposa han sido un apoyo incondicional a su carrera musical.
Consiguió una ‘pata’
El primer mes lo financió con sus ahorros, pero en adelante ha costeado su viaje con tarjetas de crédito. “La deuda va creciendo, pero sé que vale la pena”, agregó.
Pero no ha sido del todo un viaje solitario, en Panamá conoció a Andrés Restrepo, diseñador gráfico de 38 años que también le “busca un rumbo a su vida”. Álex lo invitó a su viaje para que se encargue de los vídeos y las fotos para subir en redes sociales. Y así sigue su ruta.