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Mujer afirma que un duende visita su casa durante la Semana Santa
Verónica Pérez relata cómo un duende aparece cada Semana Santa en su casa en el Valle de los Chillos
En una modesta vivienda ubicada en la periferia del Valle de los Chillos, al norte de Quito, Verónica Pérez vive lo que describe como una experiencia paranormal, la cual, según afirma, se intensifica durante la Semana Santa, conmemoración cristiana anual de la pasión de Cristo.
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Verónica, de 50 años, asegura que un duende ronda su casa con mayor frecuencia durante estas fechas. Es un fenómeno que ha experimentado desde hace casi una década, cuando se mudó junto a su esposo, Geovanny, en busca de tranquilidad.
La pareja llegó a finales de 2015 con la ilusión de comenzar una nueva etapa en un entorno apacible. La zona, rodeada de vegetación y con calles poco transitadas, parecía el sitio perfecto para construir una vida lejos del bullicio de la ciudad. Pero la calma duró poco.
Los primeros indicios de lo inexplicable
Desde los primeros meses comenzaron a notar sucesos inexplicables: objetos extraviados que luego aparecían en otros lugares de la casa, dulces esparcidos por el cuarto sin razón aparente y ruidos extraños durante la madrugada. Al principio, Verónica no les prestó mayor atención.
“A mi esposo le gustan los caramelos y chocolates, por eso los teníamos en un recipiente en el cuarto, pero amanecían tirados. Yo solo los recogía, pensaba que era descuido nuestro”, recuerda.

Un encuentro cara a cara con lo desconocido
Todo cambió una madrugada, alrededor de las 02:00, cuando escuchó ruidos cerca de una mesa junto a la ventana de su dormitorio, que da al patio trasero.
“Teníamos unos tres meses en la casa. Me levanté pensando que era un ratón, pero cuando me acerqué, vi a un ser pequeño, de unos 30 centímetros, con un sombrero grande y piel de un color verdoso. Estaba sobre el recipiente de caramelos. Al verme, empujó la ventana y salió corriendo”, relata con asombro.
Lo que más la impactó fueron los dulces: muchos estaban abiertos y con pequeñas mordidas. “Ahí supe que no lo había imaginado. Los caramelos estaban mordidos, y mi esposo también los vio porque se despertó en ese momento”.
¿Un visitante que vuelve por dulces?
Durante un par de meses, los incidentes se detuvieron. Luego, las visitas del misterioso ser se volvieron esporádicas. Intrigada, Verónica decidió poner a prueba su existencia: dejó la ventana abierta y los caramelos sobre la mesa. El duende, según cuenta, volvió, pero esta vez con más cautela.
“Solo estiró el brazo para sacar los caramelos. Creo que sabía que lo estábamos esperando. Los dos vimos cómo su pequeña mano agarraba los dulces. Y hasta ahora sigue apareciendo algunos días, siempre por los caramelos”, relata entre risas nerviosas.
Aunque nunca ha logrado capturarlo, está convencida de que se trata de un duende. Asegura que durante la Semana Santa las apariciones se vuelven casi diarias, como si esa época tuviera una conexión especial con la criatura.
Este año, Verónica no descarta volver a tener un encuentro con el escurridizo visitante que, desde hace casi diez años, ha marcado su vida de forma insólita.
Semana Santa y lo sobrenatural: ¿coincidencia o señal?
El especialista en hechos paranormales, Ronald Chávez, explicó que durante la Semana Santa se abren portales dimensionales entre el plano astral (donde habitan los entes) y el terrenal (de los seres vivos), lo que facilita el cruce de entidades.
“Es una fecha en la que no está la presencia divina de Jesús, por eso las entidades aprovechan para atravesar los portales. Ellos ven que en nuestro plano no estamos protegidos espiritualmente. Algunos deambulan sin saber qué hacen, y los malignos cruzan para alimentarse de las energías de las personas”, asegura.
Para evitar que alguna entidad ingrese a las casas, Chávez recomienda protegerse con objetos de poder. “Se pueden usar elementos que repelen espectros, como velas, o que hayan sido bendecidos”, sugiere.