No le gusta que le digan influencer porque considera que el término se ha desvalorizado. Prefiere que lo vean como un enmascarado que hace contenido. Maximiliano Franco, guayaquileño, de 36 años, un actor que no ejerce y serigrafista de profesión, es el hombre detrás del tiktoker Batman guayaco  (@batmanguayaco.oficial), quien hace poco denunció la venta en la Bahía de las tablets que la Municipalidad otorgaba a los estudiantes más destacados.

Lo suyo se dio de forma fortuita, cuando participó hace dos años en un concurso promovido por un político que hacía campaña por el voto nulo, en las elecciones presidenciales del 2021.

“La campaña era ‘Dale por el nulo’ y el premio era un playstation 5, participé, pero no quería mostrar mi rostro, así que me puse una máscara de Batman que tenía guardada por ahí”, recuerda.

Tras ganarse el juego y obtener un nicho de seguidores en TikTok siguió subiendo contenido de corte político, hasta que el tema fue decayendo.

“Era uno de los detractores de TikTok porque la consideraba una plataforma de baile, pero vi que con el tiempo fue evolucionando y llegó a ser un medio masivo de comunicación, bastante directo y más fácil de consumir”.

Su contenido es de denuncia, con algo de sarcasmo y un toque de sal guayaca.

“Hice cursos de actuación en la Casa de la Cultura, por lo que decidí poner en práctica lo aprendido y darle a la gente un espacio para que pueda pronunciarse”.

La máscara con la que comenzó confiesa que se la robaron, por lo que le tocó reemplazarla.

“Hace un año y medio se subieron dos tipos armados a robar en la buseta y se llevaron mi mochila con la máscara”.

Aunque indica que le han dicho vago, que pasa solo en las redes, asegura que le gusta lo que hace, porque le permite ayudar a otros.

“Con la denuncia de la venta de las tablets del Municipio me dijeron metiche, que no dejo trabajar a la gente, pero culpa mía no fue. La madre de un niño con discapacidad, me escribió y contó que en la Bahía las estaban vendiendo”.

Ahí, explica que se le ‘metió el bicho’ y como si fuera un detective hizo la investigación.

“A mí me gusta el relajo, me encanta la sapada y me fui a la Bahía. Fue el vendedor que me dijo que estaban involucradas personas del Municipio, tal y como está grabado en el video que subí a TikTok”.

“Me cabrea la injusticia y no me gusta que me llamen influencer porque los autollamados influencers son personas que les falta empatía, deben tener un grado de percepción social, ayudar a la comunidad, pero solo se preocupan de la cantidad de vistas, de aumentar seguidores y de obtener sus propios beneficios”.

Lejos de ser un ocioso, que se mete en la vida ajena, el Batman guayaco tiene un trabajo que le genera ingresos. “Hago serigrafía, estampo camisetas y aprovechando el impacto en TikTok, por ahí las distribuyo”.

Durante la entrevista vestía una camiseta que decía: “Ando chiro”, pero indica que no es un llamado a la chirez como tal, sino una apología de lo que está pasando en el país.

Franco es padre de un niño de 8 años y vive en pareja desde hace once, confiesa que quería ser doctor, de hecho estudió dos años de medicina, pero dejó la carrera por circunstancias que no quiere precisar.

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